martes, 31 de diciembre de 2019

Miguel de Unamuno

Ensayista dramaturgo, novelista ,poeta y pensador nació en Bilbao el 29 de septiembre de 1864. La guerra carlista que vivió allí de niño pasaría a ser tema de su primera novela, Paz en la guerra. Unamuno estudió Filosofía y Letras en Madrid, pero pasó casi todo el resto de su vida en Salamanca, donde obtuvo la cátedra de griego e historia de la lengua. Subió al rectorado de la Universidad de Salamanca en 1901.
En 1924 Unamuno fue destituido de su puesto de rector de la Universidad de Salamanca por el dictador Miguel Primo de Rivera. Fue desterrado a una de las islas Canarias, pero se refugió en Francia. Volvió a Salamanca en 1931 y ocupó de nuevo el rectorado de la Universidad de Salamanca, donde continuó su vida de intensa intelectualidad. Unamuno poseía una cultura muy amplia. Conocía lenguas y literaturas modernas y antiguas y le interesaba la filología. Las obras de Unamuno se distiguen por una fuerte preocupación filosófica e incorporan sus estudios de Kant, Hegel, Kierkegaard, Nietzsche, Schopenhauer e Ibsen.
Única grabación de la voz de don Miguel de Unamuno - El poder de la palabra (1931) 4/11/21
A Unamuno le apasionó toda su vida la filosofía y la historia, sobre todo la filosofía de la historia de España. Fue profundamente religioso pero se distanció mucho de la ortodoxia cristiana. El pensamiento unamuniano refleja su angustia por la división entre lo ideal y lo real, entre el corazón y la razón. Unamuno perdió la fe católica tras unas crisis juveniles. Vivió unos años de militancia socialista y estuvo afiliado al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) entre 1894 y 1897 . Otra crisis a los 31 años le renovó la meditación sobre los problemas espirituales y la política; en 1895 Unamuno le escribió a Clarín: "Sueño con que el socialismo sea una verdadera reforma religiosa, cuando se marchite el dogmatismo marxiano." Abandonó la militancia política en 1897, concentrando su atención en el problema de la muerte y de la nada. Los dos grandes temas del problema de España y del sentido de la vida humana lo angustiaron toda su vida.
FRASES DE MIGUEL DE UNAMUNO que podrán ser útiles en tu vida 31/12/21
Además de preocuparse por el futuro de su país, Unamuno mostró una profunda preocupación por su fin personal. La fe es un problema central en su obra, pero no le interesaba la fe estática sino la fe individual y personal. Para Unamuno el anhelo de Dios y de la inmortalidad era tan importante como el aspecto científico-racional del individuo. Reconoció, sin embargo, que la fe tradicional no podía sostenerse ante los avances científicos modernos. Según Unamuno, la persona siente la necesidad de Dios y la fe llega a ser una afirmación del individuo. Sin embargo, Unamuno insistió que el aspecto racional de la persona no le permite creer ciegamente.

La base del "sentimiento trágico de la vida"--título del libro que Unamuno publicó en 1913--es la paradoja entre el vivir y el conocer, ya que "todo lo vital es antirracional, no ya sólo irracional, y todo lo racional, antivital." La vida en sí es una paradoja, y la persona se contradice a sí mismo. Unamuno se consideró "un hombre de contradicción y de pelea [. . .] uno que dice una cosa con el corazón y la contraria con la cabeza, y que hace de esta lucha su vida." En más de una ocasión el angustiado escritor declaró que "la paz es mentira." Identificó la vida con la agonía, entendida ésta en el sentido etimológico de "lucha." Estas preocupaciones son manifiestas en el libro Del sentimiento trágico de la vida, en el que Unamuno explica que tanto el sentimiento como la razón definen al individuo: "El más trágico problema de la filosofía es el de conciliar las necesidades intelectuales con las necesidades afectivas y con las volitivas."
Unamuno es uno de los escritores más importantes del grupo llamado la "Generación del 98," preocupados por el futuro de España ante el mundo moderno. El año 1898 fue el en que España perdió sus últimas colonias ultramarinas, hecho que provocó un examen de la situación histórica del país. Los escritores identificados con la Generación del 98 abogaban por una "europeización" de España. Para Unamuno esa europeización debía abarcar también una "españolización" de lo europeo.
La casa de Unamuno en Salamanca
Su primer libro, En torno al casticismo (1895), es un intento de definir lo eterno y universal del espíritu español. Ya en este libro Unamuno insiste en la necesidad de que España se integre intelectual y espiritualmente al resto de Europa. Otro concepto muy importante que Unamuno planteó en su primer libro, es la distinción entre la historia (los cambios cronológicos e incidentales) y la intrahistoria (la continuidad y lo esencial de los pueblos).

La vida de don Quijote y Sancho (1905) sirve como contraposición a la idea de la europeización de España. En este libro se realza la independencia y el voluntarismo de don Quijote, el cual representa el alma española rechazando la lógica para seguir su propia fe y visión personal. El "problema de España" se define ahora como una falta de "Quijotes," y Unamuno insiste en la necesidad de "rescatar el sepulcro del Caballero de la Locura del poder de los hidalgos de la Razón."

Algunos críticos consideran que la filosofía de Unamuno anticipa el existencialismo de los años 30, 40 y 50, y usan el término "pre-existencialista" para hablar de la obra unamuniana. A otros críticos les parece más apropiado hablar del "vitalismo" unamuniano. No importa tanto la clasificación de la filosofía unamuniana, en parte porque ésta evolucionaba a lo largo de la vida del autor, pero impregna toda su copiosa producción literaria. Miguel de Unamuno fue autor de novelas, poesía, teatro y ensayo y en su asombrosa y prolífica obra artística se encuentra la manifestación de su preocupación por la inmortalidad.

Los temas predilectos de Unamuno--la inmortalidad, la procreación, la maternidad, la lucha del individuo por realizarse--no son sino pretextos para la exploración de sus ideas filosóficas. Empleaba un lenguaje esencial, sin adornos, para transmitir sus ideas. Buscaba un estilo desnudo que permitiera desplegarse una densidad de ideas. Unamuno luchaba con el lenguaje para conseguir lo que él llamaba "una lengua seca, precisa, rápida, sin tejido conjuntivo." Sus personajes casi carecen de descripción física, ya que lo que los definen es la lucha interior.

La obra literaria de Unamuno resiste toda categorización. Rechazó los límites tradicionales del género narrativo al escribir Niebla (1914), obra que él clasificó de "nívola" en vez de "novela": "Invento el género e inventar un género no es más que darle un nombre nuevo, y le doy las leyes que me placen." El protagonista de Niebla, Augusto Pérez, entra en diálogo con el autor, insistiendo que como ente de ficción es tan auténtico como el autor de carne y hueso, y explicando que no quiere morirse. El deseo de "serse" del protagonista se debate contra la muerte y la disolución de su personalidad.: "¡Quiero vivir, quiero ser yo!" El diálogo de la novela se convierte en vehículo imprescindible para la exteriorización de la voluntad del protagonista.

Unamuno adaptó el tema bíblico del cainismo en su novela Abel Sánchez (1917), ampliando el tema de la envidia al reconocer una dialéctica entre el envidiado y el envidioso, que se necesitan mutuamente. No es que haya víctimas y verdugos, sino que todos llevamos dentro un Caín y un Abel luchando en íntima tragedia. Ante este destino trágico Unamuno propone la caridad y el perdón como únicas respuestas.

Unamuno unió tres novelas cortas bajo el título de una de ellas, San Manuel Bueno, martir (1931). En la novela aparecen unas de las grandes obsesiones unamunianas: la inmortalidad y la fe. El protagonista de San Manuel Bueno, martir es un cura que pierde la fe. Este hombre, sin fe ni esperanza, se convertirá sin embargo en ejemplo de la caridad. Unamuno establece un contraste entre una verdad trágica y una felicidad ilusoria, optando en esta obra por la segunda, a diferencia de lo que había sostenido en obras más tempranas.

Escritor infatigable, Unamuno escribió varios libros de poesía, entre ellos un diario de su destierro en Francia durante los años veinte y unas meditaciones sobre una pintura de Cristo del famoso pintor Velázquez. Igual que sus obras narrativas, la obra poética de Unamuno constituye un tipo de autobiografía espiritual, expresión de su constante lucha vital. Se mantuvo al margen de las modas poéticas del momento como el modernismo, el simbolismo o el vanguardismo, prefiriendo expresarse de manera más sobria.
A.G. Mateo: "Unamuniversial"
El teatro de Unamuno no es sino continuación de su obsesión con el conflicto íntimo del individuo. En obras como FedraEl otroLa venda y El hermano Juan intentaba presentar directamente ese conflicto. Se nota en la obra dramática, igual que en sus novelas, una reducción casi absoluta a la palabra y la acción. y una intriga mínima. Es casi imposible discernir entre teatro, novela y poesía en Unamuno, ya que su obra es equemática dentro de un contexto de diálogos intelectuales y ensayísticos que llevan a los personajes a "monologar."


Cuando las tropas nacionalistas de Francisco Franco se apoderaron de Salamanca al principio de la Guerra Civil, Unamuno resumió su opinión de la política del "Generalísimo" en la consabida conclusión concisa: "Venceréis, pero no convenceréis." Por su postura ante las fuerzas franquistas, Unamuno fue destituido y sufrió arresto domiciliario. Murió repentinamente el 31 de diciembre de 1936.
Retrato de Unamuno realizado por Ramón Casas

Cómodo, el Emperador Gladiador

   

  Emperador de Roma entre los años 180 al 192 d.C, nacio el 31 de agosto de 161, fue hijo del emperador filósofo Marco Aurelio, compartiendo el trono de Roma con su padre en calidad de corregente, durante los últimos años de este. Tras la muerte de Marco Aurelio, asumió el gobierno de Romaadoptando el principio dinástico, es decir la sucesión de padres a hijos, ya que hasta el momento se venía llevando a cabo la adopción a la hora de la elección de herederos.

                                     Cómodo, el Emperador Gladiador, ataviado como Hércules

El nuevo emperador de Roma, demostró desde sus inicios como emperador, que una de sus grandes pasiones era la lucha de gladiadores, combatiendo él mismo con luchadores experimentados en la arena del Coliseo, si bien obligaba a luchar a sus oponentes con espadas de madera o bien drogados, mientras que Cómodo luchaba con el armamento del gladiador.
CÓMODO EL COMPASIVO 31/12/21
Cómodo, hombre de gran estatura, rubio, fuerte, ordenó que se erigieran estatuas suyas vestidas de Hércules, ya que se creía la reencarnación del semidiós hijo de Júpiter, adoptando además el título de Hércules Romanus. Las gentes de Roma creían que la locura del emperador procedía del comportamiento desleal de la emperatriz Faustina, madre de Cómodo, con un gladiador, de quien se creía podría ser hijo y no del divino Marco Aurelio.
El emperador-gladiador se enfrentó en la arena a más de 700 combates en los que ningún gladiador fue capaz de derrotarle y es recordado por escritores como un excelente arquero capaz de abatir enemigos a galope, habiendo combatido además con animales. Estas participaciones que realizaba Cómodo implicaban un coste de un millón de sestercios para el Estado, lo que provocó la ruina de la economía romana.

La locura del emperador de Roma en que en ocasiones hacia que soldados que habían perdido algún miembro durante alguna de las campañas militares, fueran maniatados en la arena para posteriormente ejecutarlos, así como de ciudadanos de Roma, provocaron la ira de oficiales.

El comportamiento de Cómodo, quien anunció que iba a gobernar como cónsul y gladiador, hizo que en grupo de conspiradores entre los que se encontraba el prefecto Laeto, el chambelán Ecleto y la concubina del emperador Marcia, se conjuraran para acabar con la vida del emperador gladiador. Así Marcia intentó envenenarlo con la comida, pero Cómodo al parecer la vomitó al sentirse mal y posteriormente mientras se encontraba en un baño a fin de recuperarse, el liberto Narciso, enviado por los conspiradores, estrangulaba al emperador, matando así al que se creía la reencarnación de Hércules.el 31 de diciembre de 192 d.C.


domingo, 29 de diciembre de 2019

Rainer Maria Rilke

    

Escritor checo en lengua alemana. Fue el poeta en lengua alemana más relevante e influyente de la primera mitad del siglo XX; amplió los límites de expresión de la lírica y extendió su influencia a toda la poesía europea.
Nacio en Praga el 4 de diciembre de 1875. Después de abandonar la Academia Militar de Mährisch-Weiskirchen, ingresó en la Escuela de Comercio de Linz y posteriormente estudió historia del arte e historia de la literatura en Praga. Residió en Munich, donde en 1897 conoció a Lou Andreas-Salomé, quince años mayor que él, y que tuvo una influencia decisiva en su pasaje a la madurez. Decidido a no ejercer ningún oficio y a dedicarse plenamente a la literatura, emprendió numerosos viajes. Visitó Italia y Rusia (en compañía de Lou Andreas-Salomé), conoció a León Tolstói y entró en contacto con la mística ortodoxa.

Al Hilo del Tiempo: Rainer Maria Rilke 4/12/20

En 1900 se instaló en Worpswede, y un año después contrajo matrimonio con la escultora Clara Westhoff, con la que tuvo a su única hija, Ruth, y a cuyo lado escribió las tres partes del Libro de horas. Tras su separación se instaló en París, donde durante ocho meses trabajó como secretario privado de Auguste Rodin. Allí compuso Canto de amor y muerte del alférez Cristobal Rilke, y posteriormente Los cuadernos de Malte Laurids Brigge. Aquejado por una crisis interior, empezó de nuevo a viajar mucho: primero a África del Norte (1910-1911) y luego a España (1912-1913). En 1911 y 1912, invitado por la princesa Marie von Thurn und Taxis, residió en el castillo de Duino (Trieste), escenario en el que surgieron las que denominó precisamente Elegías de Duino.
Apágame los ojos Raine Marie Rilke 29/12/21
Durante la Primera Guerra Mundial vivió la mayor parte del tiempo en Munich. En 1916 fue movilizado y tuvo que incorporarse al ejército en Viena, pero pronto fue licenciado por motivos de salud. De esos años es la intensa relación amorosa con la polaca Baladine Klossowska, madre del escritor Pierre Klossowski y del pintor Balthus, presuntos hijos naturales nunca reconocidos por el poeta. Tras la guerra residió en Suiza, y en 1922 vivió en el castillo de Muzot, donde finalizó las Elegías.Tras una larga y dolorosa agonía, Rainer Maria Rilke murió de leucemia en el sanatorio suizo de Valmont. el 29 de diciembre de 1926
La obra de Rainer Maria Rilke
Los cuadernos de Malte Laurids Brigge (1910), la única novela de Rilke, fue escrita a modo de diario y describe con la agudeza de un diagnóstico los contrastes sociales en París, la pobreza y la destrucción. La gran urbe provoca a Malte, el último descendiente de una gran familia danesa, el miedo absoluto. Enfermedad y finitud son en esta obra temas recurrentes. A la muerte deshumanizada y masificada, típica de la gran ciudad, Rilke opone la muerte individual y propia, que está representada por el recuerdo de un antepasado de Malte. Las evocaciones de infancia tienen un carácter redentor, igual que el tema del amor que, junto al de la muerte, constituye el otro gran eje del libro. El amor no correspondido, que perdura como deseo, deja abierto el final de la novela, que desemboca en una reelaboración de la parábola del hijo pródigo.
Canción de amor. Rilke. 4/5/21
Estas mismas cuestiones reaparecen en su obra lírica Libro de horas (1905), formada por los títulos Libro primero, el libro de la vida monásticaLibro segundo, el libro de la peregrinación; y Libro tercero, el libro de la pobreza y de la muerte, que remite a las antologías medievales de plegarias privadas. La forma artística de la plegaria le sirve para abandonar la lírica de sentimientos propia de Canto de amor y muerte del alférez Cristóbal Rilke y para experimentar con imágenes nuevas que, mediante traslaciones sensuales y visuales, amplían las fronteras del lenguaje.
En el Libro de las imágenes (1902-1906) se aprecia una tendencia hacia la objetualización de las imágenes evocadas y hacia la observación detallada. Sin embargo, esta precisión no va en detrimento de la dimensión universal y parabólica del momento captado. Pero el giro decisivo hacia lo objetual se produce con la colección publicada con el título Nuevos poemas (1907-1908). Domina aquí la perspectiva observadora del "poema-cosa", y Rilke deja de hablar de la obra de arte para hacerlo de la "cosa de arte", que ha de existir por sí misma, distanciada y liberada del "yo" subjetivo del autor. La poesía ya no es una confesión y se convierte en un objeto que remite sólo a sí mismo.
Esta nueva orientación de la poesía rilkeana se debe, en gran parte, al descubrimiento de la obra de Rodin, pues, para el poeta, el escultor francés significaba la alternativa a los excesos intimistas del arte. Siguiendo el modelo de Rodin, proclamará como divisa de su poetizar el "convertir la angustia en cosas" o lo que es lo mismo: el mundo interior se exterioriza a través de los objetos.
Sus dos últimas obras, las Elegías de Duino (1923) y los Sonetos a Orfeo (1923), suponen otro cambio radical en su concepción poética. Se apartan tanto de la inicial lírica de sentimientos como de la objetualidad de los "poemas-cosa" posteriores. Tampoco parece que sea posible transformar la angustia en cosas. Tras una larga etapa de crisis en la que el escritor incluso se plantea la posibilidad de dejar la poesía, publica unos poemas de cariz existencial que son una interpretación de la existencia humana. Las Elegías de Duino buscan la definición del ser humano y su lugar en el universo, así como la misión del poeta, que en esta obra desarrolla un mundo cerrado en sí mismo de imágenes y símbolos, cargados de recuerdos y de referencias autobiográficas. Rilke se sirve del ritmo dactílico de la tradición elegíaca alemana, tal como lo habían empleado Goethe y Hölderlin.
El ciclo de las Elegías, una de las obras más herméticas de la literatura alemana del siglo XX, parte de la lamentación para arribar hasta la dicha. Se inicia con la experiencia del ángel terrible separado del hombre por un abismo para llegar a la posibilidad del acercamiento humano a lo angélico. Es el poeta quien lleva al mundo angélico, liberándonos así del mundo interpretado. Pero para ello es preciso recorrer un largo camino en el que son claves los moribundos, los animales, los amantes y los niños. Todos ellos parecen figuras capaces de sustraerse al mundo cerrado del hombre, orientado hacia la muerte.
El júbilo final de las dos últimas elegías muestra una nueva vida que consigue crear un ámbito común con la muerte, una alegría que se funde con el dolor. Los Sonetos a Orfeo, aunque formalmente son más abiertos y variados que las Elegías, están temáticamente ligados a éstas. También aquí la determinación de la existencia humana lleva a los límites de lo que es posible expresar en palabras. En ellos están presentes imágenes, simbolismos, recuerdos y elementos autobiográficos que remiten a las Elegías, y no en vano fueron definidos por el poeta como un "regalo adicional" surgido "simultáneamente con el impulso de los grandes poemas".

sábado, 28 de diciembre de 2019

Pío Baroja

     

Escritor español. Junto con Miguel de Unamuno, Azorín y Ramiro de Maeztu, fue uno de los principales representantes de la «generación del 98», así llamada por el impacto que tuvo en sus miembros la pérdida de las últimas colonias españolas (el «desastre del 98»), en forma de dolorosa toma de conciencia de la decadencia en que se hallaba sumida el país. Dentro del grupo, Baroja sobresale como su más eximio novelista, con una producción orientada hacia temas existenciales y sociales, aunque también es apreciado por otra vertiente de su obra, la narrativa de acción y de aventuras.

Nacio en San Sebastián el 28 de diciembre de 1872 Sus progenitores pertenecían a familias distinguidas y bien conocidas en San Sebastián; entre los ascendientes de la madre existía una rama italiana, los Nessi. Este poco de sangre italiana que llevaba en las venas no dejó nunca de halagar a Baroja, aunque su orgullo se cifró siempre en su ascendencia vasca. En casa eran tres hermanos: Darío, que murió, joven aún, en Valencia; Ricardo, que fue pintor y escritor y gozó también de alguna fama, y Pío, el menor. Ya muy separada de ellos nació Carmen, que había de ser la gran compañera del escritor.
VARIOS PIO BAROJA-SAVATER 28/12/21
El padre de Baroja, don Serafín, era ingeniero de minas, profesión que, unida a su temperamento inquieto y errabundo, llevó a la familia a continuos cambios de residencia. Ello no dejó de ser una suerte para el futuro novelista, que de este modo pudo conocer desde niño diversas partes de España, y sobre todo Madrid, su amor más grande después de Vasconia, donde había de florecer su vocación y conseguir por último la fama.
Baroja permaneció poco tiempo en su ciudad natal; tenía siete años cuando sus padres se trasladaron a Madrid, donde don Serafín Baroja había obtenido una plaza en el Instituto Geográfico y Estadístico; de Madrid pasaron a Pamplona, siempre por exigencias del cargo del padre y de sus deseos de mudanza. Desde Pamplona volvió la familia a Madrid; esta vez a don Serafín no le impulsaría ya solamente la inquietud o los deseos de cambio: sin duda entró también en su decisión la necesidad de educar a los hijos.
Pío Baroja . 28/12/20
Cuando abandonó Pamplona, Baroja tenía catorce años cumplidos. Había asistido con sus hermanos a las clases del Instituto, y sobre todo reñido y correteado por las murallas; no sabemos si había ya emborronado alguna cuartilla, pero sí que había leído el Robinsón Crusoe de Daniel Defoe y las obras de Julio Veme y Thomas Mayne Reid, y había soñado ya con aventuras maravillosas junto al río Arga o subido a un árbol de la Taconera. Había cursado en San Sebastián las primeras letras, continuándolas en Madrid; antes, en Pamplona había frecuentado la escuela y el instituto; prosiguió en Madrid los estudios, y los concluyó finalmente en Valencia, donde terminó la carrera de medicina, doctorándose posteriormente en la capital de España.
Pío Baroja fue, por lo general, un pésimo estudiante; estuvo siempre mucho más interesado en las novelas que en los libros de texto; su carácter arisco y rebelde le perjudicó también en gran manera, pues acabó riñendo con algunos de sus profesores y no despertó simpatías en ninguno.
Aparte de esto, pasó toda su juventud entre dudas; nunca supo bien qué carrera le gustaba estudiar; en verdad, no le interesaba ninguna. Sólo las letras le atraían, pero tampoco en las letras veía clara su vocación. Antes de ir a Valencia había empezado algunos cuentos, artículos, tal vez una novela, pero lo rompió todo o lo dejó olvidado. Sus fracasos de estudiante, como es fácil suponer, se debieron más a falta de interés que de talento. Pocos escritores ha habido de vocación más segura y que se moviese más inseguro, con más dudas sobre su vocación, y aún mucho después, escrita ya buena parte de su obra, se preguntaba si sería verdaderamente escritor.
Al terminar sus estudios, Baroja se trasladó a Cestona, en el país vasco, donde había conseguido una plaza de médico. No tardó en advertir que aquello no era lo suyo; al poco tiempo estaba harto del oficio. Había reñido con el médico viejo, con quien compartía el cuidado de la salud de aquellos pueblos, como había reñido antes con sus profesores; se había enemistado con el alcalde y, naturalmente, con el párroco y con el sector católico del pueblo, que le acusaban de trabajar los domingos en su jardín.
Se fue de allí asqueado del pueblo, del médico y hasta de los enfermos, cuando menos de algunos de éstos, y se trasladó a San Sebastián, donde estaba en aquel momento la familia. Permaneció algún tiempo en San Sebastián, y de allí salió para Madrid. En la capital estaba su hermano Ricardo, que, también sin empleo, se ocupaba en un negocio de pan de una tía de ellos que había quedado viuda. Ricardo le había escrito a su hermano que estaba cansado del negocio y que iba a dejarlo. Baroja vio el cielo abierto ante él, y sin vacilar un instante escribió a su hermano que iba a Madrid, con la intención de ocuparse de aquel negocio.
De este modo se vio convertido en dueño de un comercio de pan, sobre lo cual se le gastarían después tantas bromas que le irritarían de tantas maneras, sin contar los disgustos que se derivarían para él de la marcha del negocio. En Madrid, no obstante, había algo para él que estaba por encima de la vulgaridad del oficio y de las burlas que se le pudiesen gastar; allí podría, en efecto, reanudar los contactos con sus antiguos amigos, frecuentar los medios literarios, ponerse, en realidad, en contacto con su vida, volver de un modo o de otro a aquello que cada vez con mayor certeza sentía que era su vocación.
A poco de llegar a Madrid, instalado ya en el negocio, empezó sus colaboraciones en periódicos y revistas; en 1900 publicaba su primera obra, Vidas sombrías, una colección de cuentos que empezó a darlo a conocer. Eran, en su mayoría, relatos escritos en Cestona sobre temas de aquella región y de sus experiencias de médico; se trataba de vidas humildes, y reflejaban toda la tristeza de aquel medio, y la tristeza, sobre todo, que reinaba entonces en su alma, mezclada con ráfagas de cólera.
Puede decirse que en su primer título estaba ya en germen toda su obra futura. Vidas sombrías constituyó un éxito del que el propio autor se sintió sin duda asombrado; de su libro se ocuparon con elogio AzorínBenito Pérez Galdós y sobre todo Miguel de Unamuno, que se entusiasmó con él (especialmente con uno de los cuentos, titulado Mary-Belche) y quiso conocer a su autor.
A partir de entonces Pío Baroja fue dedicándose más y más a las letras, y apartándose cada vez más del negocio, hasta dejarlo del todo y consagrarse exclusivamente a su vocación. En algún momento Baroja llevó a cabo alguna incursión en el campo de la política, arrastrado menos por su convicción que por el ambiente de la época y por el ejemplo de algunos de sus compañeros, como por ejemplo Azorín. Efectivamente, Baroja se presentó para concejal en Madrid, y más adelante para diputado por Fraga. Estas tentativas, como era natural, constituyeron dos rotundos fracasos; tampoco él lo había tomado demasiado a pecho. Se retiró cada vez sin gran disgusto; se divirtió después relatando sus peripecias, y volvió al camino de las letras del que nunca habría ya de apartarse.
Fue Baroja un gran viajero; los libros y los viajes fueron sus grandes aficiones, puede casi decirse que sus únicas aficiones. Sus viajes por España los hizo casi siempre acompañado; fue unas veces con sus hermanos, Carmen y Ricardo, y otras con amigos; hizo uno con Ramiro de Maeztu y otro con Azorín, en sus comienzos, y más adelante, con José Ortega y Gasset, que le llevó en algunas ocasiones en su automóvil.
Baroja llegó a ser uno de los escritores que conoció mejor la España de su tiempo, cosa que se puede comprobar en sus novelas. La ciudad más visitada -también la más querida de las ciudades extranjeras- fue París. En ella pasó largo tiempo en sus últimos años, cuando huyó de España durante la guerra civil. También estuvo en Londres y más adelante en Italia; viajó por Suiza, Alemania, Bélgica, Noruega, Holanda y Jutlandia, escenario de su trilogía Agonías de nuestro tiempo, con la magnífica El torbellino del mundo, que encabeza la trilogía.
Fuera de esto, su residencia habitual fue Madrid, y más adelante Vera del Bidasoa, donde adquirió la casa de Itzea, y donde pasó los veranos con su familia. En este tiempo su destino estaba ya fijado, y con él su norma de vida; Baroja consagraba su tiempo a escribir y a viajar. Sus producciones iban apareciendo con gran regularidad y su fama fue creciendo hasta situarle en pocos años entre las primeras figuras de la nación. Esta actividad no cesó apenas durante su vida, de manera que es el escritor de su tiempo que cuenta con una obra más copiosa; también más diversa y más rica.
Obras de Pío Baroja
Entre sus mejores títulos merecen citarse Vidas sombrías, publicado en 1900; Inventos y mixtificación de Silvestre Paradox, de 1901, novela en la cual evoca sus días de estudiante en Pamplona, con el ambiente de la ciudad; Camino de perfección (1902), confesión íntima y muy personal en que podemos verle en las dudas y vacilaciones de su juventud, y que causó vivísima impresión. Muy bella y bastante lograda, aunque de otro tono, es El mayorazgo de Labraz (1903), escrita también con recuerdos de Cestona, en la que relata admirablemente la vida en un pueblo de España, con influencias tal vez de la vieja tragedia.
Importante es también en la producción barojiana la trilogía que siguió a estas novelas, que apareció bajo el subtitulo "La lucha por la vida", formada por La buscaMala hierba y Aurora roja; aparecidas primero en folletín, y publicadas en volúmenes sueltos en 1904, ofrecen en mucha parte, en su desarrollo, las características de aquel género; en ellas el autor recoge admirablemente el ambiente de los barrios bajos del Madrid de su tiempo, en las primeras luchas sociales. Merecen también citarse Zalacaín el Aventurero y Las inquietudes de Shanti Andía. La primera se sitúa en la tierra vasca y en la época de las guerras carlistas, y la segunda está dedicada a la vida del mar, con recuerdos de antepasados del escritor, de aventuras, de piraterías, y sobre todo con evocaciones de su infancia en San Sebastián, parte que constituye tal vez lo mejor del libro. Estas dos novelas eran aquellas por las cuales mostró Baroja una cierta preferencia, especialmente por Zalacaín y en ella por la figura del héroe.
No obstante, la obra más importante del novelista es sin duda Las memorias de un hombre de acción, novela cíclica que escribió a lo largo casi de su vida y que terminó ya en la vejez. El héroe central de esta obra de veintidós volúmenes es un antepasado suyo, Eugenio de Aviraneta, que tuvo alguna importancia en los hechos políticos de su tiempo. En tomo a la existencia de su héroe, el autor reconstruye toda una época agitada y terrible de España; se incluyen en ella las guerras de la Independencia y carlistas, con tumultos y sublevaciones, en los días de Fernando VII e Isabel II. El conjunto es una amplia evocación que tiene de novela, de historia y de folletín, pero siempre dentro de un gran rigor histórico, y todo fundido y recreado por la imaginación del escritor. Destacan en esta serie El escuadrón de BriganteLos recursos de la astuciaEl sabor de la venganzaLas figuras de ceraLa nave de los locos y La senda dolorosa, dedicada ésta, en su mayor parte, al trágico fin del conde de España.
Aparte de algunos ensayos, Baroja escribió también libros de recuerdos: Juventud, egolatría (1917), Las horas solitarias (1918) y La caverna del humorismo (1919). Eran éstas las obras preferidas por Ortega y Gasset, que aconsejaba al escritor que persistiera en aquel género. Ya en sus últimos años, Baroja dio a la prensa sus Memorias., obra que constituyen un monumento de la época, una evocación de su vida y de la vida de su tiempo, y en la que aparecen las figuras más importantes con las que trató, tanto en las letras como en las artes.
Sus Memorias constituyen asimismo un documento inapreciable para el conocimiento del autor; es acaso su libro más interesante, el de lectura más agradable, y con el cual coronaba su obra y, puede decirse, su existencia. En este tiempo residía en Madrid con su familia, con la que continuó viviendo hasta su muerte; su producción alcanzaba ya una cifra elevadísima, y aunque no gozaba quizá de la fama que merecía, su nombre figuraba entre los tres o cuatro más destacados de la nación. En 1935 fue admitido como miembro de la Academia de la Lengua. Fue el único honor oficial que se le dispensó.
En sus novelas, el autor se sitúa de lleno en la escuela realista; sigue en ellas las huellas de los grandes maestros europeos, que brillaban aún más en su tiempo. BalzacStendhalTolstoi y Dickens fueron sus autores predilectos, y los pocos que admiró sin reservas al lado de Dostoievski. Se percibe también el influjo de los folletinistas franceses, cuya lectura le apasionó en su juventud, y la influencia no menos evidente de la picaresca española (Francisco de Quevedo, Mateo Alemán y El Lazarillo de Tormes.
En su ideario filosófico predominaron al principio Nietzsche y Schopenhauer, pero poco a poco este entusiasmo fue cediendo, quedando en un escepticismo muy cerca de Montaigne y, sobre todo, de Voltaire, al que leyó y admiró, pero que era también muy suyo. El fondo de sus libros es por ello pesimista; no obstante, en la forma, en sus descripciones de paisajes y de escenas, se muestra como un enamorado de la vida, un entusiasta, con una nota continua de alegría y, podría decirse, de optimismo, que contrasta con el fondo amargo y sombrío de toda su obra.
Descuella Baroja en la evocación de ambientes, en las descripciones de pueblos y paisajes, y sobre todo en la pintura de tipos; a veces tiene en sus descripciones algo de pintor, y nos recuerda en algunas ocasiones a Goya, especialmente en sus novelas de la guerra civil. No estuvo adherido a ninguna escuela, y aunque compartió inquietudes con sus compañeros de generación, puede decirse, por lo que respecta a las influencias literarias, que no formó parte de ningún grupo. Fue, en este aspecto, el más rebelde de los escritores y el más independiente en todos los sentidos.
El mundo predilecto de sus creaciones fue el de las gentes humildes, los desventurados; pero al lado de ellos, sintió una viva predilección por toda suerte de seres fantásticos, de locos, de gente rara y absurda; a todos se acercó con su ironía, con sus sarcasmos a veces, con su humor amargo, pero también con una gran piedad, con un deseo de redención y de justicia que lo emparenta con los grandes novelistas de Europa, sobre todo con Dickens, que fue al que más admiró.
Por sus ideas y por su manera de exponerlas, Baroja fue el literato más discutido y el más atacado de los escritores de su tiempo. Tal vez por el desorden habitual en sus novelas, y más aún por el tono ofensivo que adoptó para tantas cosas y por su brutal sinceridad, no alcanzó nunca la fama que merecía, la fama que alcanzaron muchos otros con menos méritos que él. El tiempo, en su labor justiciera, le ha ido situando en su lugar y hoy está considerado, dentro y fuera de su patria, como el primer novelista de la España contemporánea, al lado de Galdós, y para algunos por encima de éste.
Pio Baroja fallecio en Madrid el 30 de octubre de 1956

viernes, 27 de diciembre de 2019

Dian Fossey

    

Fue una primatóloga y conservacionista estadounidense conocidoapor emprender un extenso estudio de los grupos de gorilas de montaña desde 1966 hasta su muerte en 1985.
Recordada como  una de los primeras primatólogas en el mundo, Fossey, junto con Jane Goodall y Birutė Galdikas, fueron los llamados Trimates, un grupo de tres destacadas investigadoras en primates
Dian Fossey nació el 16 de enero de 1932 en San Francisco, California, siendo lala hija de Kathryn, una modelo, y George E. Fossey III, un agente de seguros.
Luchando con la inseguridad personal debido a la separación de sus padres, Fossey recurrió a los animales como una forma de ganar aceptación. Su amor por los animales comenzó con su primer pez mascota y continuó durante toda su vida. A los seis años, comenzó a montar a caballo y para su graduación en 1954, Dian Fossey se había establecido como una jinete

Gorilas en la Niebla - Las Imágenes Perdidas de Dian Fossey - Documental Completo 26/12/19

Educada en Lowell High School, siguiendo la orientación de su padrastro, se matriculó en un curso de negocios en el College of Marin, sin embargo, pasar su verano en un rancho en Montana a los 19 años reavivó su amor por los animales, y se inscribió en un curso pre-veterinario en biología en la Universidad de California.
Desafiando los deseos de su padrastro de asistir a una escuela de negocios, Dian Fossey quería pasar su vida profesional trabajando con animales, como consecuencia, sus padres no le brindaron ningún apoyo financiero durante su vida adulta.
Se trasladó al San Jose State College, donde se convirtió en miembro de la hermandad Kappa Alpha Theta, para estudiar terapia ocupacional, recibiendo su licenciatura en 1954. Hizo prácticas en varios hospitales en California y trabajó con pacientes con tuberculosis.
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En 1963, Dian Fossey pidió prestado $ 8,000, sacó los ahorros de toda su vida  y realizó una visita de siete semanas a África. En septiembre de 1963, llegó a Nairobi, Kenia. Su guía de safari, John Alexander la llevó a través de Kenia, Tanzania, la República Democrática del Congo y Rhodesia

The Lost Film of Dian Fossey (2003). Trailer. Subtitulado al español 16/1/20

Antes del 16 de octubre, Fossey se estaba quedando en el pequeño hotel Travelers Rest en Uganda. Alexander Baumgartel, un defensor de la conservación del gorila presentó a Fossey a los fotógrafos Joan y Alan Root. La pareja acordó permitir a Fossey y Alexander acampar detrás de su propio campamento, y fue durante estos pocos días que Fossey se encontró por primera vez con los gorilas de montaña salvajes.
Después de quedarse con amigos en Rhodesia, regresó a Louisville para pagar sus préstamos. Publicó tres artículos en el periódico The Courier-Journal, que detalla su visita a África.
Tres años después del safari original, Leakey sugirió que Fossey podría emprender un estudio a largo plazo de los gorilas, Dian Fossey dejó su trabajo para trasladarse a África
Llegó a Nairobi en diciembre de 1966. Acompañada por el fotógrafo Alan Root, Fossey comenzó su estudio de campo en Kabara, en el Congo a principios de 1967.
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Dian Fossey identificó tres grupos distintos en su área de estudio, pero no pudo acercarse a ellos. Eventualmente descubrió que imitar sus acciones y hacer gruñidos los protegía, junto con el comportamiento sumiso y el comer de la planta local de apio. Más tarde atribuyó su éxito a la habituación de los gorilas a su experiencia trabajando como terapeuta ocupacional con niños autistas.
La ecologista había llegado al Congo en tiempos localmente turbulentos. El 9 de julio de 1967, los soldados llegaron al campamento para escoltar a Dian Fossey y sus investigadores, y ella fue internada en Rumangabo durante dos semanas. Finalmente, aconsejada por las autoridades ugandesas a no regresar a Congo, Fossey volvió a EE.UU.
Si quieres saber más sobre la vida de esta naturalista, te invitamos a que veas el siguiente vídeo

Libros

El libro de Harold Hayes The Dark Romance de Dian Fossey se publicó en 1989 después de extensas entrevistas con personas que vivían y trabajaban con Dian Fossey. El libro de Haye muestra a la ecologista de una manera menos positiva o romántica que las versiones anteriores.
No One Loved Gorillas More (2005) fue escrito por Camilla de la Bedoyere y publicado por National Geographic en los Estados Unidos y Palazzo Editions en el Reino Unido.
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Sueños de Gorila: El legado de Dian Fossey fue escrito por la periodista de investigación Georgianne Nienaber y publicado en 2006. Este relato de la historia de Fossey se cuenta como si fuera en sus propias palabras desde más allá de la tumba
Un bosque en las nubes: mi año entre los gorilas de montaña en el enclave remoto de Dian Fossey, por John Fowler, es una cuenta en primera persona desde dentro del campamento de Dian Fossey.

Muerte

En la madrugada del 27 de diciembre de 1985, Dian Fossey fue encontrada muerta en el dormitorio de su choza localizada en el campamento en las macizo Virunga, Ruanda. Su cuerpo fue encontrado boca arriba cerca de las dos camas donde ella dormía, aproximadamente a 7 pies (2 m) de distancia de un agujero que su (s) agresor (es) aparentemente había cortado en la pared de la cabina. (Ver artículo: Rudolf Diesel)
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Wayne Richard McGuire, el último asistente de investigación de Fossey en Karisoke, fue convocado a la escena por la sirvienta de Fossey y la encontró golpeada hasta la muerte, informando que la cabina estaba llena de vidrios rotos y muebles volcados, con una pistola de 9 mm y municiones a su lado en el suelo. No se creía que el motivo del crimen fuera el robo, ya que los objetos de valor de Dian Fossey seguían en la cabina, incluido su pasaporte, pistolas y miles de dólares en facturas de los EE. UU.

Película sobre Dian Fossey

Gorilas en la niebla es una película de 1988 inspirada y basada en el tiempo que Dian Fossey estuvo en Ruanda estudiando a los gorilas junto a su equipo de investigadores profesionales
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La terapeuta ocupacional Dian Fossey es inspirada por el antropólogo Louis Leakey para dedicar su vida al estudio de los primates. Desde este momento, Fossey se embarca al Congo, donde Leakey y su fundación le proveen de equipo y vivienda para residir y poder tener un contacto personal con los gorilas
Una vez acomodados, Dian Fossey localiza a una manada de gorilas, no obstante, se ve obligada a huir debido a la guerra llevada a cabo en Congo la cual trajo como consecuencia el abandono del sitio de investigación pautado para el estudio ya que los congoleses creían que Fossey era una espía americana

Frases importantes.

“Cuando te das cuenta del valor de toda la vida, pensar en lo que ha pasado y concentrarse más en la preservación del futuro.” Dian Fossey
“Tuve un maravilloso contacto, sobre todo con el tío Bert que era un ángel y llevó a todo el grupo a mi lado de un barranco que no podía cruzar para llegar a ellos.” Dian Fossey