Reyes de Francia. Maria Antonieta. Hija de los emperadores de Austria, Francisco I y María Teresa, contrajo
matrimonio en 1770 con el delfín de Francia, Luis, que subió al trono
el 10 de mayo de 1774 con el nombre de Luis XVI. Mujer frívola y voluble, de gustos
caros y rodeada de una camarilla intrigante, pronto se ganó fama de
reaccionaria y despilfarradora. Ejerció una fuerte influencia política
sobre su marido (al que nunca amó), ignoró la miseria del pueblo y, con
su conducta licenciosa, contribuyó al descrédito de la monarquía en los
años anteriores a la
Revolución Francesa.
Pero quizá lo que más se recuerda de María Antonieta es
su dramático final: detenida junto con el rey y otros nobles cuando
trataban de huir de París, fue juzgada por el Tribunal Revolucionario y
condenada a morir en la guillotina. A las diez y media de la mañana del
día 16 de octubre de 1793, el pintor David, cómodamente instalado en la
terraza del café La Régence, en la parisina calle de Saint-Honoré,
realizó un apunte del natural de la reina María Antonieta camino del
patíbulo. La llevaban sentada en una carreta e iba a ser ejecutada en la
guillotina tras más de un año de calvario.
El dibujo presenta a la reina como un fantoche patético
tocado con una ridícula cofia de fámula bajo la cual asoman unos
mechones de pelo lacio. En sus labios, crispados por la agonía, se
muestra aún un orgullo que parece desafiar a la plebe. Es un apunte
cruel, en el que el artista quiso desposeer a su víctima de todo residuo
de esplendor o hermosura, mostrando en ella la fiera cautiva que ya no
podría ejercer más sus perversidades. Para la multitud que la contempló
ese día, María Antonieta era la encarnación del Mal; para muchos otros
fue una reina mártir y un símbolo de la majestad y la entereza. Aquel
despojo que David vio pasar rumbo al cadalso había sido, sin duda, una
de las reinas más bellas que tuvo Europa y la más primorosa joya de
Francia.
MARÍA ANTONIETA, Reina de FRANCIA y la REVOLUCIÓN francesa (La Reina de los excesos) 10/5/21
Biografía
Desde su nacimiento en Viena el 2 de noviembre de 1755, María Antonieta
Josefa Ana de Austria, más conocida como María Antonieta de Austria,
había vivido sumergida en la suntuosidad de la corte vienesa, rodeada de
atenciones y ternura. Su padre, el emperador Francisco I de Austria, la adoraba. La emperatriz María Teresa de Austria,
como el país entero, estaba embelesada con su hija y no podía negarle
ningún capricho. Sus dos diversiones preferidas eran jugar con sus
numerosos hermanos por los jardines del palacio de Schoenbrunn y
esconderse de sus maestros. El compositor Christoph Willibald Gluck
apenas consiguió hacer de ella una ejecutante mediocre de clavecín, y
sus profesores de idiomas sólo lograron que hablara francés bastante mal
y que se expresara en alemán correctamente, pero nunca pudieron
enseñarle ortografía, porque la princesa se ponía triste y los desarmaba
con encantadores mohínes.
Maria Antonieta | Pelicula en Español Latino 2/11/20
A los 12 años supo que iba a ser reina de
Francia. Su madre se dispuso a hacer de ella una perfecta princesa
parisina y le asignó dos expertos que se ocuparan a fondo de la futura
cabeza real: un preceptor eclesiástico y un ilustre peluquero. El
primero debía reforzar su fe y su francés; al segundo se le encomendó la
no menos delicada misión de edificar en la cabellera de la infanta una
versallesca torre dorada llena de bucles. Una semana después, ambos se
confesaron derrotados. El preceptor aseguraba que María Antonieta poseía
un cerebro ingenioso y despierto, pero rebelde a toda instrucción; el
peluquero no podía culminar su obra debido a la frente demasiado alta y
abombada de la joven.
María Antonieta de Austria a los trece o catorce años, tocando el clavecín (óleo de Franz Xaver Wagenschön) |
A los 14 años, cuando se casó con el duque de
Berry, entonces Delfín y futuro rey Luis XVI, María Antonieta era ya una
deliciosa muchacha espléndidamente formada, con un exquisito rostro
oval, un cutis de color entre el lirio y la rosa, unos ojos azules y
vivos capaces de condenar a un santo, un cuello largo y esbelto y un
caminar digno de una joven diosa. Para el gusto francés, sólo su boca,
pequeña y dotada del desdeñoso labio inferior de los Habsburgo,
resultaba desagradable. El escritor inglés Horace Walpole,
que apreció sus encantos durante la celebración de una boda, escribió:
"Sólo había ojos para María Antonieta. Cuando está de pie o sentada, es
la estatua de la belleza; cuando se mueve, es la gracia en persona. Se
dice que, cuando danza, no guarda la medida; sin duda, la medida se
equivoca..."
El matrimonio con el futuro rey de Francia fue
bendecido el 16 de mayo de 1770. Hubo fastos, desfiles, grandiosas
fiestas y solemnidades. Poco después, por la noche, no hubo nada. Al
menos eso consignaría el Delfín en su diario en la mañana del día 17:
"Rien." Una sola y enojosa palabra que seguirá escribiendo durante siete
años, hasta que ella tenga el primero de sus cuatro hijos. María
Antonieta, vital y poco inclinada a la santidad, se aburría
soberanamente con su esposo y pronto comenzó a salir de incógnito por la
noche, oculta tras la máscara de terciopelo o el antifaz de satén, y a
resarcirse con algo más que simples galanterías.
Reina de Francia
En cuanto al Delfín, era robusto y bondadoso, pero también débil y no demasiado inteligente. Convertido en Luis XVI
a los 20 años, María Antonieta escribirá a su madre: "¿Qué va a ser de
nosotros? Mi esposo y yo estamos espantados de ser reyes tan jóvenes.
Madre del alma, ¡aconseja a tus desgraciados niños en esta hora
fatídica!". María Antonieta pronto se convirtió en símbolo escandaloso
de la más licenciosa corte de Europa. Trataba de agradar y de obrar con
acierto, pero no lo conseguía.
MdNBio - María Antonieta: la última reina de Francia 2 /11/19
Sus faltas, exageradas por la opinión pública y
consideradas como ejemplo vivo del desenfreno de la corte, no fueron
otras que su desprecio a la etiqueta francesa, sus extravagancias y la
constante búsqueda de placeres en el fastuoso grupo del conde de Artois,
así como sus caprichosas interferencias en los asuntos de Estado para
encumbrar a sus favoritas. Derrochadora, imprudente y burlona, la prensa
clandestina comenzó a pintarla como un ser depravado y vendido a los
intereses de la casa de Austria. La calumnia salpicaba su trono, siendo
exagerada hasta el paroxismo por los libelos de la Revolución. Según los
panfletos, la lista de sus amantes era interminable y sus excesos
dignos de una Mesalina. Pronto fue conocida entre el pueblo con el despectivo mote de "la austríaca".
Detalle de un retrato de María Antonieta (Jean-Baptiste Gautier Dagoty, 1775) |
En 1785, un nuevo escándalo atribuido a su
codicia vino a deteriorar su ya más que vapuleada fama. Todo el asunto
giró alrededor de la más rica joya de la época. El célebre collar,
realizado por los mejores orfebres de París para madame Du Barry,
favorita del rey Luis XV, era una pieza insuperable. Sus más de mil
diamantes, rubíes y esmeraldas parecían haber sido forjados
pacientemente por los dioses en las entrañas de la tierra con el único
fin de recibir la caricia del oro en un lugar preciso de la joya. Muerta
la Du Barry antes de que se diera fin a la obra, la condesa de La
Motte, aventurera que servía en la corte y pertenecía al círculo del
tenebroso Conde Alessandro di Cagliostro,
embaucó al cardenal Louis de Rohan, rico y disoluto cortesano caído en
desgracia, haciéndole creer que María Antonieta deseaba obtener el
magnífico collar y que, no disponiendo del dinero suficiente, estaba
dispuesta a firmar un contrato de compra si él lo garantizaba.
El cardenal, deseoso de congraciarse con María
Antonieta, se entrevistó con quien creía que era la reina, suplantada
por una bella joven apellidada d'Oliva, accedió a su petición y el 1 de
febrero de 1785 el collar fue trasladado a Versalles. Pero no llegó a
manos de la reina, sino que por una sucesión de intrigas fue a parar a
la condesa de La Motte, que desapareció de París con su marido y se
dedicó a vender afanosamente las gemas por separado. Una vez descubierta
la estafa, la condesa aseguró ser favorita íntima de María Antonieta y
esgrimió unas cartas comprometedoras de la reina falsificadas. María
Antonieta fue acusada de intrigante y ambiciosa, y aunque el juicio
demostró su inocencia, la campaña política orquestada para
desprestigiarla tuvo éxito. El cardenal de Rohan fue desterrado, la
condesa de La Motte azotada públicamente y su esposo condenado a
galeras, pero el castigo ejemplar no pudo borrar el nuevo baldón que
había caído sobre la honorabilidad de la reina.
La Revolución
La caída de la monarquía se fraguó en pocos
meses. Ni Luis XVI ni María Antonieta comprendieron el carácter de los
cambios que se avecinaban, provocando así su propia ruina. Ya no había
posibilidades de reconciliación entre el pueblo y el rey. El intento de
huida de los monarcas no hizo sino acentuar esta ruptura y patentizar
que el país había dado la espalda a la corona.
El conde sueco Axel de Fersen, amante fidelísimo
de María Antonieta, se encargó de preparar el plan de fuga con un grupo
de selectos y secretos monárquicos. La familia real debía huir de París
saliendo de las Tullerías durante la noche por una puerta falsa y
dejando una proclama de acentos tradicionales dirigida al pueblo de
París: "Volved a vuestro rey; él será siempre vuestro padre, vuestro
mejor amigo." Sólo consiguieron llegar hasta Varennes, donde fueron
reconocidos y detenidos. Cuando Luis XVI leyó el decreto que le obligaba
a regresar, dijo: "Ya no hay rey en Francia". La Asamblea Legislativa
no tuvo más remedio que someterse a cabecillas revolucionarios como Robespierre y Danton.
No pudo evitar el asalto por las masas de la residencia real, arrebató
los poderes al rey y permitió que fuese encarcelado en la torre del
Temple. Después, para la realeza, no quedaba sino un trágico epílogo.
María Antonieta es llevada al Tribunal Revolucionario |
María Antonieta acompañó a su esposo a la
prisión haciendo gala de un valor que ennobleció su figura, rayana luego
en el heroísmo al aceptar con patética serenidad la separación de sus
hijos y la ejecución de su esposo en enero de 1793. Trasladada a la
Conciergerie siete meses después y encerrada en una celda sin luz ni
aire, sin abrigo, vigilada en todo momento por guardias muchas veces
borrachos, sus nervios estuvieron a punto de quebrarse en vísperas del
juicio. Pero resistió.
Durante el proceso intentó defenderse con sus
últimos restos de dignidad, contestó en términos que confundieron a sus
crueles enemigos y, ante la acusación suprema de haber corrompido a sus
hijos, guardó primero silencio y luego, dirigiéndose hacia el público,
exclamó: "¡Apelo a todas las madres que se encuentran aquí!" Las
deliberaciones del tribunal duraron tres días y tres noches, siendo por
fin declarada culpable de alta traición como "viuda del Capeto". El 16
de octubre de 1793, a media mañana, sería exhibida en carreta por París
ante los ojos de la multitud y de Jacques-Louis David, "el pintor de la Revolución".
María Antonieta, la reina guillotinada. 16/10/20
Ninguna imagen más expresiva ni más elocuente
del enorme cambio que se había operado en ella que su famoso dibujo: no
hay parecido alguno entre aquella ruina humana que marcha al encuentro
de su destino y la mujer que había sido, según apreciara Walpole, la
elegancia personificada. Luego subiría lentamente los peldaños del
cadalso, redoblarían los tambores, caería la cuchilla y la cabeza
ensangrentada, asida por los cabellos por uno de los verdugos, sería
mostrada a la multitud vociferante.
Luis XVI
Rey de Francia y duque de Berry. Heredero de Luis, delfín de Francia, y nieto de Luis XV, Nació en Versalles el 23 de agosto de 1754, en 1770 contrajo matrimonio con la hija de la emperatriz de Austria, la archiduquesa María Antonieta, quien le dio cuatro hijos. Hombre de buenas intenciones pero débil de carácter, poco interesado en los asuntos políticos, se dejó influenciar por la reina y por una camarilla de cortesanos.
En los primeros años de su reinado, las reformas económicas liberales que intentaron sacar adelante sus ministros Anne-Robert Jacques Turgot, Guillaume de Malesherbes y Jacques Necker para reducir el déficit público tropezaron con el recelo de la nobleza. En política exterior, ámbito regido por el conde de Vergennes, Francia desempeñó un excelente papel en la guerra de Independencia norteamericana (1778-1783).
La revolución francesa ::DocuHistory:
La persistente resistencia de los privilegiados a la liberalización de la economía desencadenó una crisis política interna que obligó a convocar los Estados Generales, un cuerpo legislativo que no se reunía desde 1618 y que estaba formado por asambleas de representantes de los tres «estados» sociales: la nobleza, el clero y el «Tercer Estado» o pueblo, aunque en la práctica resultaron elegidos, para este último, numerosos miembros de la ascendente burguesía.
Luis XVI de Francia, el rey guillotinado 23/8/20
El rey fue mejor considerado tras decretar el voto doble del Tercer Estado, pero pronto fue atacado tanto por este estamento como por el de los privilegiados. Viendo desatendidas sus exigencias sobre el sistema de votaciones (el voto por estamentos implicaba que nobleza y clero podían bloquear cualquier propuesta), los miembros del Tercer Estado se constituyeron en Asamblea Nacional y se autoproclamaron únicos depositarios de la soberanía.
Presionado por la corte, Luis XVI emprendió los preparativos para disolver por la fuerza la Asamblea Nacional, y los acontecimientos se precipitaron. El 14 de julio de 1789, para proteger a la Asamblea de una inminente intervención del ejército real, las masas populares de París tomaron armas de los Inválidos y asaltaron la Bastilla. La Revolución Francesa había comenzado.
El arresto de Luis XVI y la familia real en Varennes (óleo de Thomas Falcon Marshall)
Tras el levantamiento de octubre de 1789, Luis XVI se instaló en París y fingió aceptar la Constitución de 1791, elaborada por la Asamblea Constituyente, por la que Francia pasaba del absolutismo a la monarquía constitucional; el establecimiento de la separación de poderes, con un poder judicial independiente y una Asamblea Legislativa elegida por sufragio censitario, limitaba el hasta entonces omnímodo poder de la corona. Sin embargo, tras su aparente conformidad, Luis XVI había pedido ayuda a los monarcas extranjeros e intentó huir de Francia, pero fue capturado en Varennes (21 de junio de 1791).
Revolución Francesa: Ejecución de Luis XVI . 21/1/20
Se produjo entonces la suspensión de la realeza y una aguda polémica entre las facciones revolucionarias sobre la conveniencia de mantener a Luis XVI en el trono. Restablecido poco después por la Asamblea, volvió a reinar, aunque con unos poderes tan escasos que él mismo urdió intrigas para llevar el país hacia la anarquía. En 1792, tras el asalto al Palacio Real de las Tullerías, del que logró escapar, Luis XVI fue suspendido definitivamente, juzgado por el delito de traición y condenado a morir en la guillotina en Paris el 21 enero de 1793; la misma suerte correría la reina María Antonieta, ejecutada el 16 de octubre del mismo año.
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