Fue un documento firmado el 7 de junio de 1494 en Tordesillas (Valladolid) por el rey Fernando II de Aragón y la reina Isabel I de Castilla, representando a España; y el rey Juan II de Portugal como contraparte.
Tuvo lugar unos años después del descubrimiento del Nuevo Mundo por los españoles a partir de los viajes de Cristobal Colón iniciados en 1492. En el tratado se fijó la repartición de las zonas de navegación y conquista que se encontraban en América y en el océano Atlántico con el propósito de evitar conflictos entre el reino de Portugal y la monarquía de España.
El Tratado de Tordesillas fue el primero entre España y Portugal que tuvo que ver con las colonias americanas, pues antes de este ya habían sido firmados acuerdos entre ambos países. No obstante, el descubrimiento de América hizo relucir nuevamente los intereses de ambos por la conquista y colonización de nuevos territorios.
El Tratado de Tordesillas - El reparto del Mundo 7/6/20
El tratado permaneció vigente por años pero generó conflictos y no fue respetado en su totalidad, por lo que quedó anulado por tratados posteriores en repetidas ocasiones. Tal es el caso del Tratado de Madrid (1750), que a su vez fue anulado por el Tratado de Anulación (1761) y, finalmente, por el Tratado de San Ildefonso (1777).
El tratado de Tordesillas 7/6/21
Actualmente este documento se encuentra en el Archivo de la Torre de Tombo (Lisboa) y desde el 2007 es considerado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, pues es de suma importancia para conocer y entender la historia de América y sus relaciones con Europa, así como la historia del océano Atlántico.
El principal antecedente al Tratado de Tordesillas fue el Tratado de Alcáçovas, firmado el 4 de septiembre de 1479 por el rey Fernando II de Aragón y la reina Isabel I de Castilla, y el rey Alfonso V de Portugal.
Su principal causa fue la Guerra de Sucesión Castellana, que fue una gran guerra civil entre los reinos de España y Portugal por la sucesión de la corona de Castilla, posterior a la muerte del rey Enrique IV. Con este tratado de paz, el rey Alfonso V renunció al trono de Castilla, y los reyes católicos renunciaron al trono de Portugal.
La firma de este tratado tuvo como propósito recuperar la paz, así como delimitar territorios y derechos sobre el océano Atlántico. A raíz de este documento se le concedió a España el poder sobre las Islas Canarias, y a Portugal algunas posesiones en África occidental.
Causas
Cuando Colón pasó de regreso por Lisboa tras llegar de su viaje a América, las noticias sobre el descubrimiento fueron aún más conocidas y se expandieron por Europa.
En ese contexto, el rey Juan II de Portugal mostró interés en el nuevo territorio y quiso tomarlo como posesión con fundamento en el Tratado de Alcáçovas.
El rey Juan II alegaba que dicho territorio se encontraba por debajo de las Islas Canarias, por lo que le pertenecían a Portugal. Basándose en este argumento, envió pilotos portugueses a verificarlo.
Fernando II no manifestó estar de acuerdo con lo exclamado por el rey portugués, pues el descubrimiento había tenido lugar al oeste de las Islas Canarias; es decir, fuera de lo que se había establecido en 1479 como territorio bajo el control de los portugueses.
Apoyo papal
Así fue como los reyes católicos acudieron al papa Alejandro VI para recibir apoyo. Él desarrolló cuatro documentos pontificios conocidos como las bulas alejandrinas, que concedieron a la corona de Castilla el derecho de la conquista de América, con la obligación de difundir el cristianismo en dicho territorio a través de misioneros.
De igual forma, condenaba a excomunión a toda aquella persona que quisiera realizar cualquier tipo de actividad y navegara hacia las Indias por el oeste sin la licencia otorgada por los reyes católicos.
El rey Juan II no estuvo completamente de acuerdo con lo establecido en las bulas alejandrinas, pero motivado por su interés sobre el territorio descubierto y por explorar, insistió en negociar con la reina Isabel y con el rey Fernando.
¿Qué establecía el Tratado de Tordesillas?
Tras la negociación entre los reyes católicos y el rey de Portugal, finalmente se llegó a un acuerdo en el cual se establecía una nueva delimitación del territorio: de polo a polo, 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde.
Portugal tendría el derecho de navegar y explorar en el hemisferio oriental, mientras que la corona de Castilla tendría el mismo derecho bajo el hemisferio occidental. El territorio sobre el cual se le otorgaron derechos a Portugal era aproximadamente hasta lo que actualmente es Sao Paulo (Brasil).
Ese mismo día también se firmó un acuerdo que trataba acerca de la pesca en África, tema que había dado conflictos desde años anteriores. En este acuerdo se determinó que los españoles no podrían pescar entre el cabo Bojador y río de Oro; además, se dividió el reino de Fez para posibles futuras conquistas.
El cumplimiento de dichos tratados no fue impuesto inmediatamente después de la firma de los mismos, sino que fueron otorgados lapsos para su cumplimiento: 100 días para el respeto de la delimitación oceánica y terrestre establecida, y 50 días para acatar la prohibición de pesca y la división sobre el territorio africano.
Incumplimiento
El problema con la frontera (tanto marítima como terrestre) establecida en el Tratado de Tordesillas fue que en la práctica los navegantes y exploradores no sabían exactamente hasta dónde les estaba permitido llegar ni, por ejemplo, cuántas leguas había en un grado.
Incluso, desde 1580 a 1640 los tratados establecidos perdieron sentido ya que España y Portugal se encontraban bajo el mando de los mismos reyes; Felipe II, Felipe III y Felipe IV, respectivamente. Esta situación logró la unión dinástica deseada por largo tiempo, que duró 60 años.
Consecuencias
Durante el lapso de 1580 a 1640 el Tratado de Tordesillas no fue cumplido como se estableció originalmente, ya que España y Portugal tenían al mismo gobernante al poder y por ese tiempo se logró una unión dinástica muy deseada. No obstante, durante ese tiempo Portugal colonizó territorio brasilero que no le estaba adjudicado.
Brasil es un claro reflejo de la gran influencia que tuvieron los europeos —en este caso, los portugueses— sobre la cultura de los territorios descubiertos, explorados y colonizados. Los idiomas adoptados en los territorios colonizados fueron y siguen siendo el español y el portugués.
Entre las consecuencias más importantes de lo establecido en el Tratado de Tordesillas se encuentran las implicaciones culturales, como la mezcla de razas que surgió tras la colonización por parte de los europeos, españoles y portugueses; y la adopción de costumbres y tradiciones europeas en América.
Aumento del comercio y cristianismo
Junto con la llegada de los europeos, aumentó la actividad comercial en América; comenzó el cultivo masivo de las tierras y la explotación de minas. Los productos generados en este continente, como azúcar y café, eran llevados de vuelta a los puertos europeos para ser comercializados en los mercados de allá.
La gastronomía de ambos territorios, América y Europa, se vio enriquecida gracias al intercambio cultural y comercial, así como a la llegada de nuevos productos. Del mismo modo, surgió una fusión entre el arte indígena y el arte europeo.
Igualmente, tal como lo exigió el papa Alejandro VI, el cristianismo fue impartido por misioneros jesuitas en América y esta se volvió la religión predominante, dejando atrás las creencias politeístas que poseían los indígenas que ya poblaban las tierras.
Tratados posteriores
El Tratado de Tordesillas fue reemplazado por el Tratado de Madrid o Tratado de Permuta, el 13 de enero de 1750. Dicho acuerdo fue firmado por los reyes Fernando VI de España y Juan V de Portugal.
En este tratado se estableció una nueva frontera entre el territorio en América bajo el derecho de los españoles y los portugueses. Dicho límite partiría desde el punto medio de la desembocadura del río Madeira hasta el río Yavarí.
Sin embargo, el Tratado de Madrid también quedó anulado posteriormente por el Tratado de Anulación, firmado en el Real Sitio de El Pardo (Madrid) el 12 de febrero de 1761. En este se estableció que el Tratado de Madrid se debía tomar como cancelado para volver a la línea de delimitación fijada en el Tratado de Tordesillas.
El problema fue que, como ya había ocurrido en años anteriores, el Tratado de Tordesillas y aquella línea imaginaria que representaba la frontera no fueron respetados; aumentaron las entradas al oeste de dicha frontera y las misiones jesuitas se descontinuaron.
Por lo tanto, varios años después se desarrolló otro acuerdo conocido como el Tratado de San Ildefonso, que fue firmado el 1 de octubre de 1777. En dicho tratado se llegó a varias resoluciones, como la recuperación de la paz entre ambos países, la liberación de prisioneros y la fijación de una nueva línea fronteriza.
Además, también se acordó que los españoles abandonarían la isla de Santa Catalina (Brasil) a cambio de que los portugueses abandonaran la colonia del Sacramento (Uruguay) y cedieran las islas de Annobón y Fernando Poo (Guinea)
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