Compositor italiano. Heredero de la gran tradición lírica italiana, pero
al mismo tiempo abierto a otras corrientes y estilos propios del cambio
de siglo, Puccini se convirtió en el gran dominador de la escena lírica
internacional durante los primeros decenios del siglo XX. No fue un
creador prolífico: sin contar algunas escasas piezas instrumentales y
algunas religiosas compuestas en su juventud, doce óperas conforman el
grueso de su producción, cifra insignificante en comparación con las de
sus predecesores, pero suficiente para hacer de él un autor clave del
repertorio operístico y uno de los más apreciados y aplaudidos por el
público.
Giacomo Puccini nació el 22 de diciembre de 1858 en Lucca, Italia, en el seno de una familia alguno
de cuyos miembros había ocupado, desde el siglo XVIII, el puesto de
maestro de capilla de la catedral de Lucca. A la muerte de su padre,
Michele, en 1863, el pequeño Giacomo, pese a no haber demostrado un
especial talento músico, fue destinado a seguir la tradición familiar,
por lo que empezó a recibir lecciones de su tío Fortunato Magi, con
resultados poco esperanzadores.
Fue a la edad de quince años cuando el director
del Instituto de Música Pacini de Lucca, Carlo Angeloni, consiguió
despertar su interés por el mundo de los sonidos. Puccini se reveló
entonces como un buen pianista y organista cuya presencia se disputaban
los principales salones e iglesias de la ciudad.
Puccini |
En 1876, la audición en Pisa de la Aida de Verdi
constituyó una auténtica revelación para él; bajo su influencia,
decidió dedicar todos sus esfuerzos a la composición operística, aunque
ello implicara abandonar la tradición familiar. Sus años de estudio en
el Conservatorio de Milán le confirmaron en esta decisión. Amilcare Ponchielli, su maestro, lo animó a componer su primera obra para la escena: Le villi, ópera en un acto estrenada en 1884 con un éxito más que apreciable.
Con su tercera ópera, Manon Lescaut, Puccini encontró ya su propia voz. El estreno de la obra supuso su consagración, confirmada por su posterior trabajo, La bohème, una de sus realizaciones más aclamadas. El 14 de enero de 1900 vio la luz la ópera más dramática de su catálogo, Tosca, y cuatro años más tarde el 17 de febrero de 1904 en el Scala de Milan, la exótica Madama Butterfly.
Puccini: Madama Butterfly (Full Opera) 19/2/22
La Boheme - Freni, Pavarotti - G. Puccini - OPERA COMPLETA 22/12/20
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Su estilo, caracterizado por combinar con habilidad
elementos estilísticos de diferentes procedencias, ya estaba plenamente
configurado. En él la tradición vocal italiana se integraba en un
discurso musical fluido y continuo en el que se diluían las diferencias
entre los distintos números de la partitura, al mismo tiempo que se
hacía un uso discreto de algunos temas recurrentes, a la manera de Wagner.
A ello hay que añadir el personal e inconfundible sentido melódico de
su autor, una de las claves de la gran aceptación que siempre ha tenido
entre el público.Puccini: Tosca - Arena di Verona
Sin embargo, a pesar de su éxito, tras Madama Butterfly Puccini se vio impelido a renovar un lenguaje que amenazaba con convertirse en una mera fórmula. Con La fanciulla del West
inició esta nueva etapa, caracterizada por conceder mayor importancia a
la orquesta y por abrirse a armonías nuevas, en ocasiones en los
límites de la tonalidad, que revelaban el interés del compositor por la
música de Claude Debussy y Arnold Schönberg.
En la misma senda, el músico de Lucca promovió la renovación de los
argumentos de sus óperas, se distanció de los temas convencionales
tratados por otros compositores y abogó por un mayor realismo.
Turandot Completo... En La Ciudad Prohibida De Beijing (Sub Esp) 25/4/21
Todas estas novedades contribuyeron a que sus nuevas óperas, entre ellas las que integran Il trittico,
no alcanzaran, pese a su calidad, el mismo grado de popularidad que sus
obras anteriores. Su última ópera, la más moderna y arriesgada de
cuantas escribió, Turandot, estrenada el 25 de abril de 1926 en La Scala de Milán, quedó inconclusa a su muerte, en Bruselas el 29 de noviembre de 1924. La tarea de darle cima, a partir de los esbozos dejados por el maestro, correspondió a Franco Alfano.
Magnifico
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