Médico cirujano y político chileno, líder del Partido Socialista, del que
también fue cofundador en 1933. Fue presidente de Chile desde 1970 hasta
el golpe de estado dirigido por el general Augusto Pinochet el 11 de
septiembre de 1973, día en que falleció en el Palacio de la Moneda, que
fue bombardeado por los golpistas.
Salvador Allende nacio en Valparaiso el 26 de junio de 1908, perteneció a una familia de
clase media acomodada. Estudió medicina y, ya desde su época de
estudiante universitario, formó parte de grupos de tendencia
izquierdista. Más tarde, alternó su dedicación a la política con el
ejercicio profesional. Participó en la elección parlamentaria de 1937, y
salió elegido diputado por Valparaíso. Fue ministro de sanidad del
gabinete de Pedro Aguirre Cerdá entre 1939 y 1942. A partir de entonces
se convirtió en líder indiscutible del partido socialista.
En 1952, 1958 y 1962 se presentó a las
elecciones presidenciales. En la primera ocasión fue temporalmente
expulsado del partido por aceptar el apoyo de los comunistas, que habían
sido ilegalizados, y quedó en cuarto lugar. En 1958, con el apoyo
socialista y comunista, quedó en segundo lugar tras Jorge Alessandri.
Salvador Allende |
En 1964 fue derrotado por Eduardo Frei Montalva,
que propugnaba un programa de "revolución en libertad", cuyos puntos
sustantivos eran la reforma agraria, el establecimiento de un programa
destinado a incrementar la participación de la ciudadanía, la
chilenización del cobre (es decir, el control por el estado de los
beneficios de su explotación) y la realización de una reforma
educacional. La candidatura de Allende, que encabezaba el FRAP,
conformado por la alianza de socialistas y comunistas, sólo suponía
diferencias de ritmo y envergadura. El FRAP proponía nacionalizar la
totalidad de las empresas cupríferas, transformándolas en propiedad
social por medio del Estado, y una reforma agraria de mayor alcance.
Salvador Allende Documental 26/6/20
El resultado de las elecciones presidenciales del 4 de
septiembre de 1964 fue claro y definitivo. Eduardo Frei obtuvo el 56,9%
de los votos, en tanto que Salvador Allende lograba el 38,93% del
total. La "revolución en libertad" estaba concebida como un intento de
modificar las estructuras fundamentales del país, pero en el marco de la democracia
y el respeto al orden institucional. Las críticas que desde un comienzo
surgieron hacia el gobierno de Frei tuvieron su origen en la naturaleza
de las medidas a tomar. Para la derecha, las transformaciones
propuestas tenían un repudiable carácter socialista. Para la izquierda,
eran sólo intentos reformistas, condenados al fracaso por su propia
banalidad.
En paralelo con el avance de importantes medidas
sociales, el panorama político durante el gobierno de Frei Montalva fue
de aumento de la polarización, incluso en el interior del Partido
Democratacristiano, que sufrió importantes divisiones, así como el
desligamiento de sectores de su juventud hacia posturas más vinculadas a
la izquierda. Por fin, las elecciones parlamentarias de 1969 mostraron
la nueva situación política del país, en tanto sus resultados apuntaron a
perfilar tercios irreconciliables, en gran medida debido a la
disminución del apoyo al centro político y el fortalecimiento de las
opciones de izquierda y de derecha.
Salvador Allende y el golpe de Estado de 1973 . 11/9/19
Esta situación se
reflejaría con mayor claridad en las elecciones presidenciales de 1970,
marcadas por el enfrentamiento de proyectos de sociedad antagónicos e
imposibles de conciliar. En ellas resultó victoriosa la alianza de
comunistas, socialistas, sectores del radicalismo y el MAPU en la
llamada Unidad Popular, que estaba encabezada por Allende, con el 36, 3 %
de los sufragios. El estrecho margen de diferencia con los votos
recibidos por los otros dos candidatos, Jorge Alessandri por la derecha y
Radomiro Tomic por la Democracia Cristiana, obligó a que la elección de
Allende fuera ratificada por el congreso, en el que se enfrentó a una
fuerte oposición. Por fin, el 24 de octubre de 1970, tras lograr el
apoyo del Partido Demócrata Cristiano con la firma de un Estatuto de
Garantías Democráticas que se incorporaría al texto constitucional,
Salvador Allende fue proclamado presidente.
La presidencia de Allende
Desde la fecha de comienzo del mandato (el 3 de
noviembre), las dificultades que el nuevo gobierno debió enfrentar
fueron inmensas. Ya antes de la asunción presidencial se realizaron
intentos por abortar el proceso, el más grave de los cuales terminó con
el asesinato por parte de un comando de ultraderecha apoyado por la CIA
del Comandante en Jefe del Ejército, general René Schneider, que era un
decidido partidario de la subordinación del poder militar al civil.
A
pesar de ello, la Unidad Popular, una vez en el gobierno, emprendió la
realización de su plan de acción, el cual ponía énfasis en la
profundización de las medidas reformistas iniciadas por la
administración anterior. Así, se amplió el volumen de tierras
expropiadas y se inició la socialización de importantes empresas hasta
entonces en manos privadas, las cuales pasaron a ser dirigidas por
cooperativas de trabajadores asesorados por funcionarios proclives al
Gobierno. Además, se concretó la nacionalización del cobre, sin pago de
indemnizaciones a las empresas norteamericanas, lo cual significó el
enfrentamiento con los Estados Unidos, quienes a partir de ese momento
apoyaron abiertamente a los grupos opositores al gobierno socialista.
Esta
oposición se estructuró en distintos frentes; en lo político, en un
parlamento en el cual representantes de derecha y democratacristianos
actuaban unidos; en el plano de lo ilegal, en los grupos de carácter
terrorista que dinamitaron torres de alta tensión y líneas férreas. A
pesar de esta rígida oposición, el Gobierno de Allende contó con un
apoyo importante por parte de la ciudadanía, en particular de los
sectores populares, que se veían directamente beneficiados. En efecto,
el Estado subsidiaba gran parte de los servicios básicos, además de
apoyar a organizaciones de trabajadores, campesinos y pobladores urbanos
en sus demandas de participación.
Este apoyo a la presidencia de Allende se demostraría claramente en las elecciones parlamentarias de 1971 y las municipales de 1973, en las cuales los partidos de la Unidad Popular crecieron en número de votos. Junto con ello, el discurso político de los partidos de izquierda fue adquiriendo tintes cada vez más radicales, en tanto que el enfrentamiento abierto con los grupos opositores se hacía realidad en las calles e indicaba una situación de lucha de clases a sus ojos inevitable.
Acciones de grupos como el MIR y
sectores del Partido Socialista venían a confirmar este diagnóstico, al
considerar urgente la creación y el fortalecimiento de instancias de
"Poder Popular" que fueran alternativas a los estrechos marcos que la
institucionalidad prefijaba para una posible construcción de una
sociedad socialista. Este intento, conocido como la "Vía chilena al
socialismo", conoció el interés y el apoyo de sectores de todo el mundo,
en particular desde el Bloque Soviético, Cuba y los Países No
Alineados, lo que se traducía en el envío de ayuda material y asesores
industriales.
A pesar de todo ello, una serie de
problemas vinieron a polarizar aún más a la sociedad chilena bajo la
presidencia de Allende, en gran medida debido a causas económicas. La
inflación se hizo incontrolable, ya que las alzas salariales y los
gastos del Estado fueron financiados con emisión de circulante sin base
de sustentación en la producción, la cual se vio disminuida y contraída
como consecuencia del bloqueo iniciado por los Estados Unidos y el
permanente conflicto que vivían muchas empresas, en virtual paralización
permanente por la falta de recursos. A ello se agregaban problemas de
distribución de alimentos y bienes, lo que hacía difíciles las
condiciones de vida del común de la población.
Este
clima de desabastecimiento y crisis, azuzado por los distintos sectores
políticos, se tradujo en numerosas movilizaciones a favor y en contra
del gobierno de Allende, la más importante de las cuales fue la
paralización del yacimiento de cobre de El Teniente, junto a la huelga
de los gremios de transportistas, que prácticamente inmovilizó el
traslado de bienes de un punto a otro del país. A ello se sumaban
conflictos en la universidad y en los colegios profesionales (médicos y
profesores fundamentalmente), que dibujaban una división profunda en
todos los ámbitos de la vida nacional.
Pese al bombardeo del Palacio de la Moneda por los golpistas, Allende se negó a entregar el poder
Ante tal situación, el presidente decidió tomar, ya en
1973, medidas que sirvieran como vehículos de diálogo y negociación con
la oposición democratacristiana, tales como el ingreso de importantes
figuras militares al gabinete, representadas por el Comandante en Jefe,
general Carlos Prats, y la oferta de realizar un plebiscito para
consultar a la ciudadanía en torno a la continuidad del régimen o la
convocatoria a nuevas elecciones. A estas medidas siguió un
endurecimiento en las posiciones más radicales de la izquierda, que
proponían al Primer Mandatario el cierre del Congreso y la utilización
de Facultades Extraordinarias para gobernar.
La derecha y algunos sectores de la Democracia
Cristiana consideraron la situación insoluble, por lo que decidieron, de
forma más o menos abierta, recurrir al recurso del golpe de estado
militar contra el presidente Allende. En junio de 1973 hubo un primer
intento de golpe, conocido como "El Tancazo": un regimiento de blindados
de la capital se alzó contra el gobierno, pero las fuerzas leales,
encabezadas por Prats, lograron dominar la situación.
Finalmente, en Santiago de Chile el 11 de septiembre de 1973, el general Augusto Pinochet
encabezó un golpe militar, durante el cual bombardeó el palacio de la
Moneda, sede del gobierno. El presidente Allende rechazó las exigencias
de rendición y murió en el palacio presidencial. En 1990 su cuerpo fue
exhumado de la tumba anónima en la que se hallaba, y recibió en Santiago
un enterramiento formal y público.
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