Tras una breve tentativa de iniciarse en el
comercio, decidió dedicarse al estudio. En 1734 marchó a Francia, donde
pasó tres años, la mayor parte de ellos en La Flèche, dedicado a la
redacción de su primera obra, Tratado de la naturaleza humana,
que completó tras su regreso a Londres y se empezó a publicar en 1739.
El tratado no despertó ningún interés, y Hume se retiró a la casa
familiar en Ninewells.
Grandes Filósofos: David Hume. 19/8/19
La favorable acogida que obtuvo la publicación en Edimburgo de la primera parte de sus Ensayos morales y políticos
en 1742, le hizo olvidar su primer fracaso. Trabajó como preceptor del
marqués de Annandale (1745-1746) y luego como secretario del general St.
Clair (1746-1748), a quien acompañó en misión diplomática a Viena y
Turín. Nombrado bibliotecario del Colegio de Abogados de Edimburgo,
emprendió la redacción de una historia de Inglaterra, que publicó desde
1754 hasta 1762 en varias entregas, algunas bastante mal recibidas por
la burguesía liberal.
Cap06 - David Hume - La Aventura del Pensamiento
En 1763 aceptó la invitación de lord Hertford de
incorporarse a la embajada en París, ciudad donde residió hasta 1766 y
en la que se relacionó con Jean-Jacques Rousseau y los enciclopedistas Diderot y D'Alembert.
En 1769 regresó definitivamente a Edimburgo con el propósito de
disfrutar de la fortuna que le habían proporcionado tanto sus cargos
como, finalmente, sus obras.
Se ha considerado a Hume como uno de los máximos
representantes del llamado empirismo inglés; su análisis crítico del
conocimiento, que ejerció sobre Kant
una decisiva y reconocida influencia, insistió en la importancia de
investigar el origen de las ideas, que él entendía como copias o
imágenes de las impresiones (sensaciones, pasiones, emociones). Hume
concibió el razonamiento como la actividad de descubrir relaciones entre
ideas, que podían ser de dos tipos: las existentes entre hechos (objeto
del razonamiento probable, fundado en la experiencia) y relaciones
entre ideas (objeto del razonamiento demostrativo, basado en el
principio de no contradicción).
Estimando imposible cualquier otra forma de
razonamiento, lo que suponía rechazar como falsas las proposiciones de
la metafísica o la teología, sometió a crítica toda clase de ideas, y
refutó en especial las de sustancia, existencia y relación causal.
Respecto de esta última, sin negar la posibilidad de que exista una
causalidad real, afirmó que era imposible conocerla: el origen de la
idea de causa hay que buscarlo, por tanto, en el hábito psicológico de
percibir determinadas sensaciones de forma simultánea o sucesiva, sin
que dicha idea encierre ninguna necesidad lógica o racional.
David Hume fallecio en Edimburgo el 25 de agosto de 1776
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