Aquellas trece
jóvenes pasarían a la historia como Las Trece Rosas. La gran mayoría
eran muchachas que trabajaban como costureras y que, de un modo u otro,
estaban relacionadas con los partidos de izquierdas y habían colaborado
en el frente republicano con sus familiares o amigos. Al terminar la
guerra, las Juventudes Socialistas Unificadas intentaron reorganizarse
de manera clandestina en la capital. Pero la gran mayoría de dirigentes
del Partido Comunista y de dichas juventudes habían huido al extranjero,
habían sido detenidos o asesinados. Así, solamente quedaban un grupo de
jóvenes dispuestos a continuar luchando por su sueño republicano. Pero
la poca infraestructura y experiencia organizativa, unido a un fuerte
represión y control policial en aquellos primeros meses de paz, fueron
razones suficientes para que las JSU fueran disueltas de nuevo antes de
haber realizado acciones clandestinas. Solamente se recuerda un hecho en
el que durante el desfile del Caudillo en la celebración del día de la
victoria que distribuyeron pasquines con la frase “Menos Viva Franco y
más pan blanco”.
Hombres y
mujeres fueron detenidos a lo largo de la primavera del 39 y conducidos a
varias cárceles. Entre ellos, aquellas jóvenes que serían trasladadas a
la prisión de las Ventas, algunas al módulo de menores de edad. Allí
permanecieron a la espera de un destino incierto hasta que un atentado
mortal precipitó los acontecimientos.
Imagen de la película Las Trece Rosas |
Del olvido a la memoria Las 13 rosas 5/8/19
El 29 de julio
miembros de las JSU asesinaron en Talavera de la Reina a Isaac Gabaldón,
comandante de la Guardia Civil, su hija de 18 años y el chófer del
coche en el que viajaban.
La reacción no
se hizo esperar y el 3 de agosto se celebró un Consejo de Guerra ante el
que fueron juzgados 57 miembros de las JSU que permanecían detenidos
desde hacía meses. Entre ellos, las trece mujeres que dos días después
perderían la vida de manera trágica en las tapias de la Almudena en uno
ejercicio de escarmiento público por parte del régimen recién
instaurado.
En esta foto aparecen las trece rosas acompañadas de otras mujeres |
Las Trece Rosas
fueron trece víctimas más de la guerra civil y la dictadura franquista.
Mujeres con nombre y apellidos, que tuvieron una vida breve que fue
sesgada en un tiempo de represión en el que el franquismo se dispuso a
borrar de las tierras aún manchadas de sangre a todos sus enemigos.
13 rosas final 5/8/20
"Que mi nombre no se olvide en la historia" / Las 13 rosas rojas 5/8/21
Estas fueron aquellas mujeres:
Victoria Muñoz García
Una de las más
jóvenes de las Trece Rosas, fue asesinada con tan sólo 18 años. El año
1936 ingresó en las JSU y continuó con sus actividades clandestinas al
terminar la guerra en el grupo de Chamartín de la Rosa. Sus dos hermanos
habían muerto fusilado uno y tras recibir una paliza en prisión el
otro.
Luisa Rodríguez de la Fuente
Luisa fue junto
con Victoria la más joven del grupo al morir con 18 años. Trabajaba
como modista y colaboraba con las JSU desde los tiempos de la guerra.
Luisa no tuvo ningún cargo importante en el grupo por lo que se dedicó a
tareas varias.
Julia Conesa Conesa
Fusilada a los
19 años, Julia era una joven asturiana afincada en Madrid que se afilió a
las JSU donde llegó a ser secretaria deportiva del Sector Oeste.
Adelina García Casillas
Hija de un
guardia civil, había nacido en Ávila y trabajaba como modista. Durante
la guerra se había afiliado al JSU. Fue fusilada con 19 años.
Virtudes González García
Virtudes era
una modista de Madrid que se había unido a las JSU en 1936 y había sido
nombrada secretaria femenina del club “Pablo Vargas”. Fue fusilada con
19 años.
Elena Gil Olaya
Tenía 20 años cuando Elena, modista madrileña y miembro de las JSU desde 1937 fue fusilada junto a las demás detenidas.
Dionisia Manzanero Salas
Dionisia
participó activamente en la guerra civil como enfermera, ayudando en la
retaguardia e incluso estuvo en el frente. Cuando fue detenida con 20
años, trabajaba como modista en su Madrid natal.
Ana López Gallego
Ana había
nacido en La Carolina, Jaén, pero vivía en Madrid donde trabajaba como
modista. Durante la guerra se unió a las JSU y fue nombrada secretaria
femenina del Radio de Chamartín de la Rosa. Tenía 21 años cuando fue
fusilada. Ana tuvo una muerte cruel al no fallecer a la primera carga.
Viendo que aun no había fallecido, la joven preguntó en voz alta “¿Es
que a mí no me matan?”
Martina Barroso García
Martina había
nacido en un pueblo de Ávila llamado Gilbuena. Trabajó en Madrid como
modista y en un comedor social. Afiliada a las JSU en 1937 fue fusilada
con 22 años.
Joaquina López Lafiite
Asturiana de nacimiento, Joaquina era una estudiante de 23 cuando fue detenida y fusilada. Había ingresado en el PCE en 1936.
Carmen Barrero Aguado
Carmen llevaba
trabajando desde los 12 años como modista para ayudar a su madre viuda a
mantener una extensa familia de nueve hijos. Durante la guerra fue
militante del PCE y en la posguerra pasó a dirigir su sección femenina.
Fue fusilada con 24 años.
Pilar Bueno Ibáñez
Zaragozana
nacida en Sos del Rey Católico, Pilar vivía con sus tíos en Madrid desde
pequeña. Trabajaba como modista y era miembro del PCE desde 1936. Fue
fusilada con 26 años.
Blanca Brisac Vázquez
La más mayor de
las trece, Blanca fue una comunista nacida en San Sebastián que antes
de casarse fue pianista. Cambió la música por la costura tras contraer
matrimonio. Vivía en Madrid cuando fue detenida y fusilada con 29 años.
Antonia Torres Llera
Antonia era una
joven de 19 años que trabajaba en una fábrica de sellos en Madrid,
ciudad en la que nació. Desde 1936 formaba parte de las JSU. Antonia no
murió junto a las otras trece condenadas el 5 de agosto, sino que fue
fusilada el 19 de febrero de 1940 por un error administrativo.
mil gracias
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