Militar
y político cuya dictadura puso fin a la República en Roma. Nacio en Roma, el 13 de julio de 100 a. C. Procedente
de una de las más antiguas familias del patriciado romano, los Julios,
Cayo Julio César fue educado esmeradamente con maestros griegos.
Julio César pasó una juventud disipada, en la
que empezó muy pronto a acercarse al partido político «popular», al cual
le unía su relación familiar con Cayo Mario.
Se ganó el apoyo de la plebe subvencionando fiestas y obras públicas. Y
fue acrecentando su prestigio en los diferentes cargos que ocupó:
cuestor (69), edil (65), gran pontífice (63), pretor (62) y propretor de
la Hispania Ulterior (61-60).
De regreso a Roma, Julio César consiguió un gran éxito político al reconciliar a los dos líderes rivales, Craso y Pompeyo,
a los que unió consigo mismo mediante un acuerdo privado para
repartirse el poder formando un triunvirato y así oponerse a los optimates que dominaban el Senado (60).
Yo, César [Documental completo 13/7/20
Al año siguiente, César fue elegido cónsul (59); y las
medidas que adoptó vinieron a acrecentar su popularidad: repartió lotes
de tierra entre veteranos y parados, aumentó los controles sobre los
gobernadores provinciales y dio publicidad a las discusiones del Senado.
Pero la ambición política de César iba más allá y, buscando la base
para obtener un poder personal absoluto, se hizo conceder por cinco años
-del 58 al 51- el control de varias provincias (Galia Cisalpina,
Narbonense e Iliria).
El triunvirato fue fortalecido por el Convenio
de Luca (56), que aseguraba ventajas para cada uno de sus componentes;
pero respondía a un equilibrio inestable, que habría de evolucionar
hacia la concentración del poder en una sola mano. Craso murió durante
una expedición contra los partos (53), y la rivalidad entre César y
Pompeyo no encontró freno una vez muerta Julia, la hija de César, que
había contraído matrimonio con Pompeyo (54).
Fotograma de Julio César (1953), de Mankiewicz |
Entretanto, César se había lanzado a la
conquista del resto de las Galias, que no sólo completó, sino que
aseguró lanzando dos expediciones a Britania y otras dos a Germania,
cruzando el Rin. Con ello llegó a dominar un vasto territorio, que
aportaba a Roma una obra comparable a la de Pompeyo en Oriente.
El prestigio y el poder alcanzados por César
preocuparon a Pompeyo, elegido cónsul único en Roma en medio de una
situación de caos por las luchas entre mercenarios (52). Conminado por
el Senado a licenciar sus tropas, César prefirió enfrentarse a Pompeyo, a
quien el Senado había confiado la defensa de la República como última
esperanza de salvaguardar el orden oligárquico tradicional.
Tras pasar el río Rubicón -que marcaba el límite
de su jurisdicción-, César inició una guerra civil de tres años (49-46)
en la que resultó victorioso: conquistó primero Roma e Italia; luego
invadió Hispania; y finalmente se dirigió a Oriente, en donde se había
refugiado Pompeyo. Persiguiendo a éste, llegó a Egipto, en donde
aprovechó para intervenir en una disputa sucesoria de la familia
faraónica, tomando partido en favor de Cleopatra («Guerra Alejandrina», 48-47).
Asesinado Pompeyo en Egipto, César prosiguió la
lucha contra sus partidarios. Primero hubo de vencer al rey del Ponto,
Pharnaces, en la batalla de Zela (47), que definió con su famosa
sentencia veni, vidi, vici («llegué, vi y vencí»); luego derrotó a
los últimos pompeyistas que resistían en África (batalla de Tapso, 46) y
a los propios hijos de Pompeyo en Hispania (batalla de Munda, cerca de
Córdoba, 45). Vencedor en tan larga guerra civil, César acalló a los
descontentos repartiendo dádivas y recompensas durante las celebraciones
que organizó en Roma por la victoria.
César es asesinado 15/3/20
Una vez dueño de la situación, César acumuló cargos y
honores que fortalecieran su poder personal: cónsul por diez años,
prefecto de las costumbres, jefe supremo del ejército, pontífice máximo
(sumo sacerdote), dictador perpetuo y emperador con derecho de
transmisión hereditaria, si bien rechazó la diadema real que le ofreció Marco Antonio.
El Senado fue reducido a un mero consejo del príncipe. Estableció así
una dictadura militar disimulada por la apariencia de acumulación de
magistraturas civiles.
El Origen de nuestro Calendario 1/1/20
Julio César murió asesinado
en Roma el 15 de marzo de 44 a. C. en una conjura dirigida por Casio y Bruto, que le impidió completar sus
reformas; no obstante, dejó terminadas algunas, como el cambio del
calendario (que se mantuvo hasta el siglo XVI), una nueva ley municipal
que concedía mayor autonomía a las ciudades o el reasentamiento como
agricultores de las masas italianas proletarizadas; todo apuntaba a
transformar Roma de la ciudad-estado que había sido en cabeza de un
imperio que abarcara la práctica totalidad del mundo conocido, al tiempo
que se transformaba su vieja constitución oligárquica por una monarquía
autoritaria de tintes populistas; dicha obra sería completada por su
sobrino-nieto y sucesor, Octavio Augusto.
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