Mario Moreno Reyes actor
cómico mexicano. Se hizo mundialmente célebre con el nombre de su
personaje Cantinflas, al que dio vida en la mayoría de los filmes que
rodó.
Mario Moreno Reyes nacio en Ciudad de México el 12 de agosto de 1911, de orígenes humildes, se
enroló en una compañía de cómicos ambulantes y recorrió todo México. En
el circo desarrolló todo tipo de trabajos, entre ellos interpretar
pequeños papeles. A finales de los años veinte comenzó a actuar en los
locales de Ciudad de México y creó la imagen prototípica con la que se
haría famoso. En 1930 era ya el cómico más famoso del país.
Cantinflas [Mario Moreno Reyes] |
En 1934 conoció a la actriz de origen ruso Valentina
Subarev, con quien contrajo matrimonio y tuvo a su único hijo, Mario
Arturo. Dos años despúes, con el amplio bagaje acumulado durante su
estancia en el circo de Jalapa, representando papelitos en pequeños
montajes teatrales -excepcionalmente musicados al estilo del género
chico- debutó en la película No te engañes corazón, a la que siguieron Así es mi tierra y Águila o sol (1937), El signo de la muerte (1939) y toda una serie de cortometrajes.
No obstante, no se consagró definitivamente como ídolo indiscutible hasta 1940, en el filme Ahí está el detalle
-dirigido por Juan Bustillo Oro-, en cuya última escena y mediante su
delirante discurso, Cantinflas se salta las convenciones sociales,
logrando cambiar el veredicto del juez. Esta película le brindó la
ocasión de fundar la compañía Posa Films, productora de Siempre listo en las tinieblas (Always Read in the Darkness) y Jengibre contra dinamita
(Ginger versus Dynamite), fallidos intentos de penetrar en el mercado
hollywoodiense. Pese a ello, a partir de su debut como protagonista en
la película Ahí está el detalle (1940), el actor, con sus casi
cincuenta filmes, batiría récords de recaudación en las salas de
exhibición hispanoamericanas durante tres décadas seguidas.
Ahí está el detalle (1940) |
La popularidad de este monstruo sagrado del cine
mexicano y, en general, del cine en español, debe mucho a su trabajo en
las películas Ni sangre ni arena (titulada en Estados Unidos Neither Blood and Sand) y El gendarme desconocido
(1941), en las que descubrió a su director ideal, Miguel M. Delgado,
ayudante del realizador Alejandro Galindo. La primera era una parodia de
la obra de Vicente Blasco Ibáñez, cuya versión cinematográfica había sido recientemente estrenada en Estados Unidos, protagonizada por los actores Tyrone Power, Rita Hayworth
y Linda Darnell. Con ambas obras, Mario Moreno esperaba amortizar el
esfuerzo económico invertido en Posa Films, de la que llegó a ser único
productor. No en vano Ni sangre ni arena recaudó 54.000 pesos en cuatro días durante su estreno en el Teatro Alameda.
Este éxito desbordante continuó con El gendarme desconocido
(The Unknown Policeman), con Mapy Cortés y Gloria Marín, considerado
como uno de los mejores filmes del actor mexicano. En él, la
ridiculización de la policía, generalmente detestada por el público, se
establece desde el mismo momento en que Cantinflas aparece con su
habitual uniforme desastrado.
En 1944 entró a formar parte del Sindicato de
Trabajadores de la Industria Cinematográfica (STIC), fundado en 1919 con
el nombre de Unión de Empleados Confederados del Cinematógrafo. Su
aportación fue decisiva en la mejora de las condiciones de contratación
del personal de los estudios, pues encabezó una proyectada huelga,
secundada por Jorge Negrete y Arturo de Córdova (con quien mantuvo una fuerte polémica por la dirección de la Asociación Nacional de Actores [ANDA]).
Cantinflas en El supersabio (1948) y en El analfabeto (1960) |
En los años cincuenta, sus cintas muestran un cambio:
del personaje de la picaresca urbana y popular sólo quedaría un humor
basado en el uso reiterativo del "cantinflismo", la habilidad para
hablar mucho y no decir nada. En todas ellas, Mario Moreno se convirtió
en un portador de juicios y críticas contra la sociedad "pueblerina" en
particular, y contra la humanidad en general. De este modo, arremetió
con singular hincapié contra la "aristocracia desnaturalizada", haciendo
que triunfara lo auténtico sobre lo falso. Se constituyó en el hombre
que siempre decía la verdad, aunque en forma sarcástica, y sufrió las
consecuencias de esa fidelidad a sí mismo.
Excepcionalmente, participó en la superproducción estadounidense La vuelta al mundo en ochenta días (1957). La película obtuvo una buena acogida, que propició que el actor rodara luego Pepe,
dirigida por George Sidney en 1960. El fracaso del filme decidió a
Mario Moreno a no volver a probar fortuna fuera de las fronteras de su
propio país, con la única salvedad del largometraje español Don Quijote cabalga de nuevo, dirigido por Manuel Delgado, con quien había trabajado en filmes como El bolero de Raquel (1956) y El padrecito (1965), el primer largometraje que el actor rodó en color.
Con David Niven en La vuelta al mundo en ochenta días (1957) |
Si en sus interpretaciones denunciaba las desigualdades
sociales y la insolidaridad, en la vida real realizaba obras caritativas
y llegó a montar una oficina para los necesitados. La última etapa de
su vida, después de enviudar en 1966, estuvo marcada por su
participación en actos sociales y políticos (incluso llegó a pronunciar
un discurso en la Asamblea de las Naciones Unidas).
Un genio cómico
Pero lo cierto es que Cantinflas será recordado
por hacer triunfar a un pícaro de buen corazón que presenta cierto
paralelismo con el personaje de Charlot de Charles Chaplin,
si bien la clave del mexicano estuvo siempre vinculada a su disparatada
e inagotable verborrea, que lo convirtió en el genio cómico más popular
que México ha dado. Su personaje basó su comicidad en unas reacciones
ingenuas, en su asombrosa naturalidad y en sus personalísimos y
desvariados monólogos, continuos, embarullados, inagotables, auténtico
flujo del más delirante verbalismo que empezaba con inusitada fluidez y
terminaba en balbuceos y galimatías ininteligibles, en interminable
verborrea, mientras movía incansablemente su mano izquierda para
acompañar la insólita proliferación de sus muecas.
Cantinflas . El Juicio . 20/4/20
Su actuación era, ante todo, fruto de la soltura
y la agilidad; las situaciones más disparatadas y extraordinarias
brotaban con maravillosa sencillez. De Mario Moreno no pasarán a la
historia del arte cinematográfico unas películas que no tienen, a decir
verdad, nada de extraordinario; pero en cambio su personaje, su figura,
su personalísimo estilo interpretativo y su singular sentido del humor
ocupan ya, por méritos propios, un lugar relevante en el firmamento del
séptimo arte.
Sus caídos pantalones y su aspecto descuidado y chabacano se convirtieron en el estandarte hispano de una clase de humor, teñido de absurdo, que tiene tal vez sus mejores representantes en los míticos hermanos Marx y que le permitió alcanzar una enorme popularidad en los países de habla española, aunque ponía trabas, simultáneamente, a sus posibilidades de atravesar las fronteras idiomáticas, pues, como ya se ha indicado, su personaje cinematográfico debía buena parte del éxito que obtuvo a su libérrima utilización del idioma, una característica que, como es lógico, hacía muy difícil la penetración de su humor en ámbitos distintos al de la lengua española.
La exagerada caricatura del "pelao" mexicano (miembro de la clase baja,
equivalente al golfo madrileño o al "roto" chileno) se apoyaba en unos
calzones siempre a punto de caer, sujetos las más de las veces con un
imperdible, que parecían exigir a gritos un cinturón o unos tirantes, en
unos zapatos hechos trizas, una camisa arrugada (cuando la llevaba)
saliéndose por todas partes, un raído sombrero de paja y un trapo que le
colgaba del hombro, a modo de gabardina
Esta indumentaria se convirtió en el signo distintivo
de su humor y de su obra, hasta el punto que, desencarnada ya,
abandonando los límites del actor Mario Moreno, pasó a configurar el
personaje televisivo de una larga serie de dibujos animados, cuyo rostro
sin afeitar y desgraciada estampa corresponden indistintamente a la de
un vagabundo o a la de un pordiosero dueño, como su creador, de un
lenguaje fluido, incontenible e incoherente, confuso y disparatado,
incomprensible pero indispensable para poder salirse con la suya en las
situaciones más dispares.
Si Yo Fuera Diputado Pelicula Completa CANTINFLAS 1952 . 12/8/19
Considerado por muchos el sucesor de Charles Chaplin,
Cantinflas heredó de aquél el corazón. Sólo que el pelao mexicano, a
diferencia de Charlot y aun siendo tan pobre como él, no vivía
obsesionado por su pobreza y se permitía el lujo de compadecer a los
ricachones.
TVES CANTINFLAS El Último Adiós 20 de abril de 1993 . 20/4/20
Mario Moreno Cantinflas, fallecio en Ciudad de México el 20 de abril de 1993
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