Poetisa
estadounidense cuya obra, por su especial sensibilidad, misterio y
profundidad, ha sido celebrada como una de las más grandes de habla
inglesa de todos los tiempos.Nacio en Amherst, Massachusetts el 10 de diciembre de 1830. Su padre, miembro del Congreso y tesorero del
Amherst College, fue un abogado culto y austero, según el estilo burgués
de Nueva Inglaterra. Dickinson estudió en la Academia de Amherst y en
el seminario Femenino de Mount Holyoke, en Massachussets, donde recibió
una rígida educación calvinista que dejó huellas en su personalidad y a
la que se enfrentaría con su carácter escéptico. A través de Benjamín F.
Newton conoció muy temprano la obra de Ralph Waldo Emerson. También leyó a Henry David Thoreau, y a los novelistas Nathaniel Hawthorne y Harriet Beecher Stowe.
Muy pronto decidió aislarse del mundo,
manteniendo contacto solamente con unas pocas amistades, como el
escritor Samuel Boswell, con quien sostuvo una larga correspondencia. A
los veintitrés años, Dickinson tenía conciencia de su propia vocación
casi mística, y a los treinta su alejamiento del mundo era ya absoluto,
casi monástico. Retirada en la casa paterna, se dedicaba a las
ocupaciones domésticas y garabateaba en pedazos de papel (con frecuencia
ocultados en los cajones) sus apuntes y versos que, después de su
muerte, se revelaron como uno de los logros poéticos más notables de la
América del siglo XIX. En su aislamiento sólo vistió de color blanco
("mi blanca elección", según sus propias palabras), rasgo que expresaba
la ética y transparencia de su poesía.
'Morir no duele mucho'. Emily Dickinson 10/12/20
Uno de sus biógrafos escribió acerca de su
naturaleza poética: "Era una especialista de la luz". Su escritura puede
ser descrita como producto de la soledad, del retiro de cualquier tipo
de vida social, incluida la relativa a la publicación de sus poemas. De
ella dijo Jorge Luis Borges:
"No hay, que yo sepa, una vida más apasionada y solitaria que la de esa
mujer. Prefirió soñar el amor y acaso imaginarlo y tenerlo". Algunos de
sus poemas reflejan la decepción que sufrió por un amor (dirigía cartas
a un hombre al que llamaba "Master", del que no se conoce su verdadero
nombre), y la ulterior sublimación y trasvase de ese amor a Dios.
Emily Dickinson
Sus primeros poemas fueron convencionales, según
el estilo corriente de la poesía en esos momentos, pero ya a comienzos
de 1860 escribió versos más experimentales, sobre todo en lo que
respecta al lenguaje y a los elementos prosódicos. Su escritura se
volvió melódica y a la vez precisa, despojada de palabras superfluas y
exploradora de nuevos ritmos, unas veces lentos y otras veloces, según
el momento y la intención y no como un patrón rígido, como era usual. Su
poesía devino intelectual y meditativa, sin que esto supusiera una
merma de su sensibilidad.
Soy nadie. ¿Tú quién eres? / Emily Dickinson 15/5/21
Actualmente algunos especialistas subrayan esa
complejidad intelectual, pues por lo general la crítica había
jerarquizado su lirismo como un valor supremo, o su feminidad como
categoría poética que la separaba de los demás autores norteamericanos.
En su poesía pesan la extrañeza y la oscuridad como cualidades
esenciales, y la sutilidad dialéctica entre las imágenes, las
sensaciones y los conceptos. Influyó en poetas posteriores (como E.
Bishop, A. Rich, W. Stevens y otros) por esa capacidad de crear un
lenguaje a la vez metafísico y emotivo.
Únicamente cinco de sus composiciones poéticas fueron publicadas, con carácter anónimo, durante la vida de la autora. Hasta pasados cuatro años de su muerte ocurrido en Amherst, el 15 de mayo de 1886 no se publicó su primer poemario; posteriormente, a lo largo de sucesivas ediciones, llegaron a rescatarse alrededor de 1.800 poemas. No fue hasta a partir de 1920 que Dickinson alcanzó su posición prominente en la historia de la literatura norteamericana. En este aspecto constituyó una fecha notable el año 1924, en el que su sobrina Martha Dickinson Bianchi publicó The Life and Letters of Emily Dickinson, texto al cual opuso Geneviève Taggard en 1930 The Life and Mind of Emily Dickinson.
La poesía de Emily Dickinson
La obra de Dickinson es copiosa y desigual;
muchos textos son piezas fragmentarias, pero en los mejores poemas,
todos breves, se revela una fuerza excepcional de expresión, una
concisión que es la condensación del pensamiento o de la impresión en
una "evocatividad" metafísica como sólo se encuentra en algunos de los
mejores poetas de nuestro tiempo. A esto se une una forma nítida,
segura, que logra los máximos efectos con medios muy simples, y un
personalísimo ritmo desarrollado usualmente en poemas de ocho o doce
versos, de ordinario dos cuartetos yámbicos o bien tres cuartetos con
rima ABCB.
EMILY DICKINSON {ENSUEÑO} 15/5/20
Sus composiciones se agrupan en diversos
apartados: "La vida" ["Life"], "La naturaleza" ["Nature"], "El amor"
["Love"], "El tiempo y la eternidad" ["Time and Eternity"], lo que da
una idea de las líneas de su inspiración. La naturaleza, con sus
desconcertantes leyes, encuentra en Emily Dickinson una comentarista
aguda y serena que, como en el poema "Muerte y vida" ["Death and Life"],
sabe expresar, en el consabido esquema de los dos cuartetos, uno de los
más tormentosos problemas que turban la mente y el corazón del hombre:
En apariencia sin sorpresa
para la flor feliz,
el hielo, jugando, la decapita
valiéndose de su momentáneo poder.
El rubio asesino prosigue,
el sol avanza sin conmoverse
a medir otro día,
para un Dios que lo aprueba.
En los poemas que tienen
como tema el amor (todos ellos inspirados por la única e infeliz pasión
de la poetisa) domina la nota personal, y la feminidad de Dickinson,
casi siempre sofocada, halla aquí a veces un desahogo. Son, sin embargo,
rarísimos los gritos de pasión; más a menudo Dickinson nota, con
delicada sensibilidad, las pequeñas alegrías de un casto sentimiento
correspondido o el sentimiento por lo que nunca podrá ser.
No es, sin embargo, en este grupo donde se
hallan sus logros mejores. El tiempo y la eternidad, descubriendo más
vastos y menos personales horizontes interiores, le dan mayor libertad y
felicidad de expresión. Así, en "Ha habido una muerte en la casa de
enfrente" [There's been a Death in the opposite house"], hallamos la
sobria y casi prosaica descripción de lo que, mirando por la ventana, se
puede adivinar de la casa de enfrente por su aspecto externo: "Los
vecinos se mueven dentro y fuera, el coche del doctor se va. Una ventana
se abre mecánicamente, de golpe, de un modo súbito; alguien saca un
colchón. Los niños pasan apretando el paso, se preguntan si Eso se muere
allá arriba. Así hacia yo, de niña. El sacerdote entra tranquilo como
si la casa fuese suya... y después la modista, y el hombre de la triste
profesión, para tomar las medidas de la caja". Dickinson logra comunicar
al lector el sentido trágico y conmovedor de la muerte humana, con sus
pequeñas ceremonias siempre iguales, con sus exterioridades tan míseras,
frente al misterio. Misterio al que Dickinson no tiene miedo:
No he visto nunca una landa,
nunca he visto el mar,
y sin embargo, sé cómo está hecho el yermo,
y sé lo que debe ser la ola.
Nunca he hablado con Dios,
nunca he visto el Cielo,
y sin embargo, conozco el lugar
como si tuviese un mapa de él.
Los versos comprendidos en el apartado "Un solo
sabueso" ["A single Hound"] se inspiran siempre en los mismos temas,
pero tienen el semblante más vivo, menos cuidado. La variedad y la
bizarría de los ritmos se enfrentan con una incierta y menos profunda
actitud mental. Es difícil encuadrar a la Dickinson en una época o en
una escuela. Toda su obra expresa un tormento sutil a través de una
intensa castidad estilística, y la meditada exigüidad de los medios
formales y literarios da lugar a logros reservados a artistas
verdaderamente geniales que siguen conmoviendo la sensibilidad actual.
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