Pintor y grabador alemán. Fue sin duda la figura más
importante del Renacimiento en Europa septentrional, donde ejerció una
enorme influencia como transmisor de las ideas y el estilo
renacentistas, a través de sus grabados. Alberto Durero nacio en Nuremberg, actual Alemania, el 21 de mayo de 1471. Se formó en una escuela latina y
recibió conocimientos sobre pintura y grabado a través de su padre,
orfebre, y de Michael Wolgemut, el pintor más destacado de su ciudad
natal.
Como era habitual en la época, al concluir sus
estudios realizó un viaje, que lo llevó a diversas ciudades de Alemania y
a Venecia (1494), ciudad a la que regresaría entre 1505 y 1507 y en la
cual recibiría las influencias de Andrea Mantegna y Giovanni Bellini,
además de asimilar los principios del humanismo. Previamente había
contraído matrimonio y abierto un taller en su Nuremberg natal, donde se
dedicó a la pintura (Retablo Paumgärtner) y sobre todo al grabado.
Melancolía I...Alberto Durero |
A esta época pertenecen las series de grabados El Apocalipsis, La Gran Pasión y la Vida de la Virgen,
convencionales en cuanto a temática pero revolucionarios por lo que se
refiere a su concepción y su complejidad técnica. Las figuras, plenas de
expresividad, son esculturales y están definidas por una multitud de
detalles. La minuciosidad es precisamente uno de los rasgos destacados
del estilo de Durero, carácter que es probable que heredara del oficio
paterno.
Después de su segunda estancia en Italia, pintó algunas obras de grandes dimensiones como El martirio de los diez mil,
en las que incorporó la riqueza del colorismo veneciano en
composiciones de gran dinamismo y repletas de figuras. También por
entonces pintó las figuras de tamaño natural de Adán y Eva, pieza clave de su creación artística.
Adán y Eva (1507), de Durero |
Tal era su fama que fue nombrado pintor de corte del emperador Maximiliano I de Habsburgo (1512); también el emperador Carlos V
lo reclamó. De Maximiliano realizó retratos de carácter, animados por
la riqueza y variedad de las texturas, que rivalizan en perfección con
los diversos autorretratos del pintor, quizá lo más conocido de su obra.
Alberto Durero gustó de retratarse a sí mismo desde la temprana edad de
trece años y mantuvo siempre esta costumbre, reflejo del nuevo interés
renacentista por el hombre, y en especial el artista.
Grabado del Rinoceronte de Durero. Museo Británico. |
Sin embargo, son los grabados las realizaciones
en que dio una muestra más cabal de su genio; destacan los de 1513-1514,
sobre temas imaginativos y que permiten varios niveles interpretativos:
El caballero, la muerte y el diablo, San Jerónimo en su estudio y la triste Melancolía I,
su obra cumbre como grabador, que constituye una compleja alegoría
sobre las dificultades con que tropieza el artista en la realización de
su obra creativa.
Los grandes artistas Alberto Durero.. 6/4/20
Durante los últimos años de su vida, Durero se centró en la ejecución de un retablo para su ciudad natal: Los cuatro apóstoles.
Esta obra, de grandes dimensiones e intenso colorido, refleja el
trabajo de toda una vida, en particular los numerosos estudios que había
hecho sobre las proporciones y la monumentalidad de la figura humana.
Alberto Durero / Documental . 21/5/20
Se recuerdan también como obras de un maestro algunos de
sus dibujos de plantas y animales, así como las acuarelas pintadas por
puro placer a partir de paisajes que había contemplado durante sus
viajes, y los dibujos de gentes y lugares de los Países Bajos, que
constituyen un testimonio histórico inapreciable. Erasmo de Rotterdam le dedicó la mejor alabanza que un humanista podía hacer de un pintor, al definirlo como el «Apeles de las líneas negras».
Alberto Durero fallecio en Nuremberg, actual Alemania, el 6 de abril de 1528.
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