Compositor checo. Uno de los compositores checos más importantes de todos los tiempos. Nacio en Nelahozeves el 8 de septiembre de 1841 Hijo de un mesonero, ya desde niño
demostró disposición para la música. Inició sus estudios en Zlonice en
1853 y los prosiguió en Praga durante el período 1857-59. Luego tocó la
viola en una orquesta hasta 1871. Al mismo tiempo emprende su actividad
de compositor. El primer éxito alcanzado en este ámbito fue un Himno
con texto de Hálek (1873); gracias a tal obra obtuvo el cargo de
organista de la iglesia de San Etelberto, que conservó hasta 1877.
A estos años pertenecen el Stabat Mater y
otras composiciones sinfónicas y vocales, pero sobre todo para
conjuntos de cámara. En 1875 recibió un estipendio del Estado. Mientras
tanto, sus obras provocaban el interés de Brahms y Hanslick, así como el
del editor Simrock. La música de Dvorak conoció entonces mayor auge,
publicando las Danzas eslavas (1878), el Cuarteto op. 51 (1879) y las primeras Sinfonías.
El músico visita repetidamente Inglaterra, donde es nombrado doctor
"honoris causa" de la Universidad de Cambridge (1891). Las de Viena y
Praga le confieren también esta misma distinción.
Dvořák: Slavonic Dance, Op. 46/8 / Rattle · Berliner Philharmoniker 8/9/20
En
1892 acepta la invitación de marchar a Nueva York como director del
Conservatorio Municipal; en América escribiría algunas de sus obras más
famosas: la Sinfonía del Nuevo Mundo (1893), el Cuarteto en fa mayor (1893), los Cantos bíblicos (1894) y el Concierto para violoncelo y orquesta
(1895). La nostalgia de la patria le indujo a regresar a Praga, donde
volvió a ocupar el cargo de profesor de composición del Conservatorio,
alcanzado en 1891.
Antonin Dvorak |
Durante los últimos años de su vida intentó, sin
mayor éxito, escribir para el teatro nacional, según el ejemplo de
Smetana; en este aspecto cabe recordar sobre todo Russalka
(1900). Falleció cuatro años después de la composición de tal obra,
apreciado y honrado como uno de los principales músicos de su época y
singularmente de su país, aun cuando en su música se hubiera dado, en
cierta medida, una contaminación entre los elementos nacionales y la
tradición sinfónica alemana.
La música de Dvorak
La obra de Dvorak es muy variada: desde la ópera
a la música de cámara pasando por la música sinfónica, terreno al que
dedicó más atención. Su obra musical no es tan sencilla y bucólica como
la de su compatriota Smetana, ya que Dvorak posee un lenguaje más
moderno, emplea mayor sofisticación técnica y una orquesta de plantilla
más numerosa. En su orquestación busca la espectacularidad, conseguida a
través de contrastes dinámicos y de la experimentación de nuevas
combinaciones tímbricas. Algunos de los recursos que emplea son propios
de los compositores eslavos, como la utilización frecuente del registro
grave del violín y el uso de los instrumentos de metal en pianissimo. Su fluidez y gran espontaneidad melódica proceden en cierta medida de Schubert.
En
sus obras de juventud, Dvorak imitaba los modelos románticos,
especialmente los de Mendelssohn. En la década de los años sesenta se
puede apreciar en su música cierta ambigüedad tonal y frecuentes
modulaciones hacia ámbitos tonales lejanos. Surgieron así obras
camerísticas como sus cuartetos de cuerda en fa menor Op. 9 (1873) y la
menor Op. 16 (1874); y obras orquestales como la Segunda Sinfonía en Si bemol mayor (1865).
Pero a partir de 1874, Dvorak se alejó del
influjo de compositores como Liszt y Wagner y desarrolló un estilo algo
más convencional y clásico. Fue en esa época cuando comenzó a estudiar
el folclore de su país, cuyos principales elementos utilizó
posteriormente en sus composiciones. Así, incluyó en su obra ritmos
sincopados de danzas populares como la mazurka, la dumka o la sparcirka y abandonó la práctica de la anacrusa, ya que ésta no existe en el folclore checo.
En esta línea de carácter nacionalista surgieron multitud de títulos, como las Tres rapsodias eslavas (1878), el Cuarteto de cuerda en mi mayor (1879), la ópera Dimitri (1881-1882) y la Sexta Sinfonía en re mayor (1880), cuyo tercer movimiento es una danza popular checa llamada furiant. También corresponden a estos años sus obras maestras Leyendas (1881) para orquesta, la cantata La novia del espectro (1884) y el oratorio Santa Ludmila (1885-1886), que junto con el Requiem (1890) hizo de Dvorak el creador del oratorio checo.
A.Dvořák Complete Symphonies [ R.Kubelik Berlin-PO ]
Un lugar destacable de su producción lo ocupa su Stabat mater
de 1877. Es su obra sacra más importante y fue concebida para ser
interpretada en versión de concierto, y no en la liturgia religiosa. Es
una obra de carácter meditativo y orquestación transparente, con
abundancia de cromatismos. Otras obras religiosas que cabe señalar son
la Misa en Re mayor Op. 86, para solistas, coro y órgano, y el Te Deum (1892) para soprano, bajos solistas, coro y orquesta.
Al
ser un excelente intérprete de viola, se sintió fuertemente inclinado
también hacia la música de cámara. Entre sus partituras de este género
destacan los cuartetos de cuerda y los tríos con piano, entre los que
destaca el Op. 90, más conocido como Dumky. En él no utiliza la clásica estructura de cuatro movimientos, sino que emplea seis movimientos basados en la dumka y los divide en dos grupos.
En
el campo de la música orquestal desarrolló gran parte de su talento, ya
que además de sus nueve sinfonías, escribió poemas sinfónicos,
oberturas de concierto, rapsodias y conciertos para instrumento solista,
entre otras. El músico checo ha sido considerado como un sinfonista
brahmsiano en la forma, pero de sonido wagneriano. Su Sexta sinfonía en Re mayor
(1880), compuesta para la Orquesta Filarmónica de Viena, fue la primera
en proporcionarle notoriedad internacional dentro del campo de la
música sinfónica.
Dvořák Symphony No 9 "New World" Celibidache, Münchner Philharmoniker, 1991 . 8/9/19
Pero, sin lugar a dudas, su sinfonía más célebre es la Novena o del Nuevo Mundo. Esta última obra se estreno el 16 de diciembre de 1893 y posee reminiscencias de los cantos
espirituales negros y de las melodías de las plantaciones del sur de los
Estados Unidos que Dvorak oyó cantar en Nueva York a Harry T. Burleigh,
un alumno suyo. El compositor realizó investigaciones sobre cuáles
serían los aspectos definitorios de un estilo musical propiamente
americano y llegó a la conclusión de que el uso de la escala pentatónica
en la línea melódica, las cadencias plagales y los ritmos sincopados
eran las características más típicas de esta música.
Dvořák / String Quartet No. 12 in F major, Op. 96 "American" . 1/5/20
Estos aspectos se dejan ver en otras obras de Dvorak compuestas en Estados Unidos, como son el Cuarteto de Cuerda nº 12 en Fa mayor, el Quinteto de Cuerda en Mi bemol mayor y las Biblické pisne (Canciones bíblicas). En cambio, el Concierto para violonchelo en Si menor,
compuesto en América en 1895, no contiene los citados elementos de la
música norteamericana y fue escrito para el chelista checo Hanus Wihan.
En
el último periodo de su obra, Dvorak volvió a las formas de su juventud
y prestó especial interés a las óperas y al poema sinfónico. De todas
la óperas de esta época, en vida del autor sólo conoció el éxito La Ondina (1900). Respecto a sus poemas sinfónicos, destacan títulos como El hada del mediodía, La rueda de oro, La paloma (todos de 1896) y el Canto heroico (1897).
Anton Dvorak fallecio en Praga el 1 de mayo de 1904
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